Éxito es liberarse de…

Éxito es liberarse de…

Samuel Luna

El que tiene éxito no está sujeto a nada; bueno, casi a nada. Está claro de su destino y de su función en este pequeño espacio geográfico. Tener éxito es sentirse desarrollado, completo y evolucionado; tiene que ver con un estado de paz interna. El éxito es la liberación de las cargas que impone esta sociedad forrada de imágenes ambiguas y difíciles de alcanzar. Tener éxito tiene su precio, y a veces el precio es alto y doloroso. Si pensamos que el éxito equivale a fama, estamos en una neblina espiral; la fama es pasajera y fugaz, es como un deseo abstracto e invisible, se va y viene, viene y se va, corre y se cansa, se gasta y desaparece como el agua que se evapora en el cemento ardiente.

Tener éxito también es cuidarnos de aquellos espacios atractivos y alucinógenos, espacios que nos guían, que nos condicionan y nos empujan a ser como los demás, a pensar como la totalidad, a formar filas que nos llevan a un suicidio social y existencial. Ser exitoso es no permitir que la sociedad “siempre” decida por nosotros. El exitoso incide en la sociedad como penetra la levadura en la masa de una obra culinaria. El capitalismo, el socialismo, el liberalismo económico y la pluralidad ideológica que el tiempo nos ha dejado como fruto de pensamientos contestatarios, esos caminos con consecuencias sociales, nos alcanzaron y nos llevan de las manos como si fuésemos niños sin conciencia. Nos cruzan de un esquema a otro, y sin darnos cuenta llegamos a un final que se convierte en otro comienzo sin sentido. Escapar de esto es vivir exitosamente.

El éxito es complejo, porque nos lleva a la cúspide, nos deja en un punto visible e influyente; y es ahí, donde la oportunidad de servir y dejar legados se convierte en una oportunidad única y frágil. Estar en la cúspide es una herramienta mortal, es que la podemos usar para humillar y doblegar a los demás, la podemos usar para construir un mejor Estado en el contexto político; también es claro y obvio que llegar a la cúspide nos sirve para encarnar un Cristo en esta tierra, un modelo a seguir, un patrón que marque el camino y que reduzca la sed que poseemos todos nosotros, la sed de “ser” alguien.

Tener éxito no es ignorar el axioma de lo material que también influye en lo abstracto. Tener éxito es reconocer el poder del dinero. Tener dinero no es tóxico, es una palanca que mueve la sociedad en la misma dirección en la que se encuentra el corazón del mismo que está guiando la palanca. Dinero y poder se usa para sanar, para transformar, para levantar a los caídos, para crear estructuras educativas que rompan los paradigmas que hasta ahora han alimentado la pobreza. Éxito es brincar de los círculos que nos quieren encasillar y dejarnos en burbujas que aíslan.

Felicitamos a todos aquellos que han logrado llegar a la cúspide del éxito. A los que poseen la capacidad de mirarse a sí mismo y convertirse en canales de transformación. Felicitamos a todos aquellos que han obtenido fama, poder y dinero; sin embargo, a pesar de sus éxitos, poseen una ética de ganar todo lo que puedan, ahorrar todo lo que puedan y dar todo lo que puedan. Tener éxito es imitar a Dios y entender que después de leer este artículo nos queda menos tiempo para compartir el éxito que hemos logrado con los demás.