Exoneraciones

Exoneraciones

Los representantes del Ministerio Público de la región Sur están bravitos con el gobierno, porque se les ha dejado fuera del reparto de las exoneraciones a las que, según alegan, tienen derecho los magistrados con más de dos años de ejercicio ininterrumpido.

El licenciado José Antonio Reyes, procurador de la Corte de Apelación de Barahona, se queja en tono amargo de que muchos miembros del ministerio público del país han recibido hasta dos exoneraciones, mientras que los fiscales y fiscalizadores de Jimaní, Neyba, Pedernales y Barahona han sido olímpicamente ignorados. Caraballo aspira a que tanto el presidente Mejía como el Procurador General de la República, Víctor Céspedes Martínez, se conduelan de su desgracia, y dispongan una investigación que corrija las «irregularidades» que han provocado que tan dignos servidores se queden fuera de la piñata. ¡Cuánta injusticia!

Grandes y chiquitos

Ojalá que el Departamento Nacional de Investigaciones y el J-2 de las Fuerzas Armadas, que investigan a varios comerciantes a quienes se vincula al robo de cables telefónicos y del tendido eléctrico, puedan llevar sus indagatorias hasta «las últimas consecuencias», pues sería la única manera de poner freno a un vandalismo que no solo ha provocado pérdidas millonarias a las empresas telefónicas sino que ha dejado también sin el servicio de energía eléctrica a comunidades enteras. Las autoridades allanaron, según los informes, algunas viviendas que se estableció eran utilizadas como almacenes por los ladrones, pero también incautaron varios camiones repletos de alambres y otros metales cuando eran transportados hacia muelles y aeropuertos, desde donde serían enviados al exterior. Se trata, evidentemente, de un negocio muy bien organizado, que precisamente por eso no terminará hasta que se persiga y someta a la Justicia a todos los involucrados, tanto a los grandes como a los chiquitos. Y lo más importante: que se den a conocer los nombres de las empresas y los empresarios que se sirven con la cuchara grande en ese lucrativo pero ilegal negocio.

Por su propia mano

El pasado domingo los residentes en el barrio Hermanas Mirabal, en San Francisco de Macorís, «apresaron» a un hombre mientras intentaba atracar, a punta de cuchillo, a una señora, a quien golpearon de mala manera antes de entregarlo a la Policía Nacional. Es la segunda ocasión en que algo así sucede, en el mismo barrio, en menos de una semana, probablemente porque esa gente ya se cansó de ser víctima pasiva de los desmanes de una delincuencia que ha desbordado la capacidad de la institución del orden para combatirla. El ejemplo podría ser imitado en otros lugares del país donde los delincuentes reinan a sus anchas, como parece ser el caso de Don Bosco, en la Capital, donde algunos vecinos han colgado un muñeco de los alambres del tendido eléctrico con la advertencia de que eso será lo que le ocurra al osado ladrón que atrapen robando en el viejo barrio capitalino.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas