La alocución del presidente de la República, Luis Abinader, de pasado mañana domingo frente a la Asamblea Nacional y todo el país, concita una serie de interrogantes por las circunstancias creadas por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania apoyada esta última nación por los Estados Unidos y la Unión Europea, debido al encarecimiento del petróleo y el gas a precios tan elevados que trastornan la economía mundial y en especial a los países que como el nuestro tienen total dependencia de la importación de los mismos.

Desde antes de estallar esta conflagración y con el precio del petróleo en escala ascendente pero por debajo de los 90 dólares el barril del crudo, el país empezó a padecer una incómoda situación motivada con los aumentos semanales sucesivos de los precios de esos carburantes debido a que la capacidad de subsidios del gobierno se vio limitada, repercutiendo la situación en el encarecimiento del transporte y costo de la vida.

A esta situación se suma el alto precio del transporte marítimo y aéreo que desde hace tiempo está afectando la economía mundial y con la presente situación, es normal que se agrave. El Presidente Abinader enfrenta un panorama ante el cual tendrá que hilar muy fino para salir airoso del mismo.