Expectativas ante las elecciones haitianas

Expectativas ante las elecciones haitianas

Mañana los haitianos concurrirán a la segunda vuelta de un calamitoso proceso electoral, para elegir entre la señora Manigat y el cantante Martelly, quién será su presidente; con el elegido se tiene la esperanza de que al fin la ayuda internacional, tan pregonada pero no materializada, comenzará a fluir en un futuro cercano.

Es innegable que la tan prometida ayuda, generosa y abundante después del terremoto del 12 de enero, no se ha materializado por esos temores difusos de la comunidad internacional, conocedora de la conducta de los burócratas y políticos haitianos en el manejo de recursos; son conocidas sus malversaciones, y como es natural, los dominicanos fueron víctimas al ser “mordidos” como aquella vez que se contrataban los braceros para el corte de la caña. A Puerto Príncipe se llevaba el dinero en efectivo para pagar ese servicio pactado a los niveles de las jerarquías más elevadas de ambos países.

El evento electoral reviste una importancia de gran magnitud ya que marcará un nuevo sendero para las relaciones de los dos países de la isla, matizadas por las más variadas aprensiones, temores y sospechas; impidiendo una fluidez que en cierta forma hubiese definido una política inmigratoria conveniente para la seguridad e integridad de las dos naciones.

Por lo menos, con uno de los candidatos, el cantante Martelly, existen grandes temores, ya que su principal asesor ha dejado establecido que en caso de su triunfo abogará por la eliminación de la frontera para un tráfico libre de sus nacionales.

También Martelly, en su primer viaje al país definió sus intenciones para que el gobierno dominicano flexibilizara su posición en cuanto a la inmigración ilegal de haitianos permitiendo el libre tránsito. Tal intención, como promesa de campaña, es muy eficaz en su país y de seguro que los votantes podrían llevarlo a la presidencia por su discurso anti dominicano.

En el futuro, las relaciones de las dos naciones de la Hispaniola, tan pronto tome posesión el candidato que resulte electo mañana, se orientarán por nuevos senderos. Dependerá de la madurez y responsabilidades de los gobernantes isleños para que la paz y cooperación en la isla se mantenga, sin los sobresaltos por las apetencias de quienes todavía sueñan con aquello de la isla única e indivisible.

Hay una gran expectativa por conocer con prontitud los resultados de las elecciones de mañana. Es urgente que el gobierno dominicano defina una política migratoria de responsabilidad para hacerle ver a nuestros vecinos occidentales que la corrupción, tan endémica de muchas autoridades dominicanas está ausente, cuando se trata de regular el tránsito de inmigrantes. Que no haya oportunidad para avergonzamos como dominicanos, pese que hasta ahora la tónica es ver cómo los militares y autoridades civiles se corrompen apoyando un trasiego que deja muchos dividendos. Un militar trasladado a la frontera, ha dejado de verse, desde hace años, como un acción de castigo.

Lo importante de las autoridades dominicanas, responsables de la política exterior, es que no se dejen provocar por un verbo incendiario de las futuras autoridades, ya que afirmar un anti dominicanismo en estos momentos de grandes problemas y miseria, sería muy conveniente al tiempo que fomentarían y estimularían un éxodo más abundante que el actual, aumentando su presencia local que es ya una quinta columna dormida, y en el futuro, influirían en señalar quienes serían nuestros gobernantes.

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