Expectativas de los turistas y seguridad para la reapertura de la Catedral de Notre Dame

Expectativas de los turistas y seguridad para la reapertura de la Catedral de Notre Dame

París se prepara para la reapertura de la Catedral de Notre Dame este fin de semana tras cinco años de trabajos de rehabilitación. Se desplegará a lo largo del Sena un dispositivo de seguridad similar al de los Juegos Olímpicos, con al menos 6.000 policías y militares para vigilar al público en torno a la catedral, proteger los transportes públicos, controlar el tráfico y proteger a unos cincuenta jefes de Estado y de Gobierno.

La ecuatoriana Delia Martínez viaja a París con su hermana y cuñado para visitar la Catedral de Notre Dame. “Pensaba que ya estaba abierta y que podíamos entrar a ver cómo es por dentro”, dice bastante decepcionada al encontrarse con una barrera que impide el acceso, incluso a la plazoleta.

A los miles de turistas les toca conformarse con verla desde la orilla izquierda del río Sena. Para algunos el viaje a la ciudad luz termina justo antes de la reapertura este fin de semana. Para la venezolana Johanna Guzmán, “encontrarla cerrada es una excusa para regresar”.

“Es detallista y elegante a la vez, como Francia. Me da mucha tranquilidad al verla”, dice la mexicana Susana García ante la fachada del monumento.

“Para que os acordéis de estos siempre chicos, el gótico francés tiene que cumplir siempre cuatro requisitos: altura, vidriera, gárgola y quimera”, explica aun grupo de turistas el guía Alvaro Martín.

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También es un símbolo religioso. Cada año se organizan más de 2000 celebraciones con al menos cinco misas al día. Con la reapertura se espera que reciba de nuevo, cada año, al menos a 12 millones de visitantes. La famosa catedral del siglo 13 es el monumento histórico más concurrido de Europa.

Aunque la entrada es gratuita, se recomienda reservar vía el sitio oficial.

Se instalan las últimas vallas de contención. Ya desde el miércoles está prohibida la circulación de autos por los muelles de la orilla del Sena, adyacente al monumento medieval. Así como el de las bicicletas. Entre la calle y el rio, los libreros de las típicas cajitas verdes, también cierran para ser inspeccionadas por el equipo de anti explosivos.

En esta zona se instalan tribunas desmontables para que 40.000 personas observen la ceremonia. Los afortunados deben pasar por varios filtros de seguridad custodiados por al menos 6.000 policías y militares.

Para el fin de semana hay un perímetro de protección antiterrorista alrededor de la catedral ubicada en la Ile de la Cité (Isla de la ciudad), con restricción de acceso incluso peatonal. La explanada al frente de la entrada de Notre Dame se cierra al público, para que se instalen un centenar de personalidades, entre ellas cincuenta jefes de Estado invitados por el presidente de Francia Emmanuel Macron. Vigilancia desde la altura con antidrones y francotiradores.

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