Como invariablemente ocurre cada año, se han hecho públicos en los últimos días los pronósticos de las principales agencias internacionales para las diversas regiones del planeta. Por tanto, nada más oportuno que esta primera entrega del 2012 hagamos referencia de lo que opinan los analistas internacionales sobre lo que se puede esperar este año en América Latina y el Caribe. Ciertamente, todos coinciden en que a esta parte del mundo le está yendo mucho mejor que a otras. En esencia, ello tiene que ver con la intensidad que han venido alcanzando sus relaciones económicas – comerciales con Asia, especialmente con China Popular.

 Esos vínculos han estado teniendo un doble efecto positivo en la región: por una parte, la insaciable demanda china de materias primas de la región le ha permitido mantener significativos ritmos de crecimiento, reforzados, por otra parte, por el hecho de que esa dinámica demanda ha forzado los precios al alza. El promedio de crecimiento de las 9 principales economías de la región en el 2011 fue de un buen 6.4 por ciento.

 Lógicamente, en un año que termina en turbulencia en los principales países desarrollados, los pronósticos hacia la región apuntan a una menor ponderación  proyectando que tendrá una “desaceleración”, que en términos de economía significa que crecerán menos, pero que crecerán, ya que para la Agencia de Calificación de Riesgos Moody´s la “capacidad de la región para resistir golpes externos sigue siendo sólida”. Para toda América Latina y el Caribe, según CEPAL, el crecimiento, en su conjunto, fue del 4.3 % – promedio que encubre algunos resultados excelentes como Panamá con un 10.5 %, Argentina con 9 %, Ecuador 8 %, Perú 7 % y Chile 6.3 % – y el pronóstico para el 2012 es de 3.7 %. Por su parte, la OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – que reúne a las principales economías del mundo, plantea que la región creció un 4.4 % en el 2011 y crecerá un 4% en el 2012 en un año en que sus estudios concluyen que habrá desaceleración en Estados Unidos y en Europa.

 Aunque en estos últimos años el comportamiento económico le ha concedido a la región estabilidad macroeconómica y liquidez disponible, muchos le alertan de que debiera saber aprovechar la coyuntura favorable para avanzar en instrumentar un esquema de desarrollo socio – económico sostenible. La propia OCDE ha señalado que sus estadísticas demuestran que en el 2008 la recaudación tributaria en América Latina y el Caribe fue del 19% del PIB mientras que en casi todos los países desarrollados fue del 35%. En ese sentido la OCDE identifica lo que cree son los principales desafíos regionales: diversificación económica, una reforma fiscal que dé al Estado capacidad redistributiva y posibilidad de mejorar los servicios, especialmente los de educación.