El ministro Miguel Ceara Hatton resalta el valor ambiental que tendrá el proyecto en la conservación de la fauna pelágica marina de la región del Caribe
SANTO DOMINGO (República Dominicana).- La primera expedición científica internacional que busca declarar la cordillera Beata como un área oceánica protegida registró más de 80 avistamientos de petrel de cabeza negra (Pterodroma hasitata), incluyendo dos morfotipos propios de República Dominicana y Haití, por los que los investigadores asumen que se trata de una importante área de tránsito de esta ave conocida también como diablotín.
Al recibir a los investigadores de la expedición, con quienes sostuvo una amplia conversación en la que participaron representantes de la comunidad académica y periodistas de varios medios informativos, el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, aseguró que el proyecto Cordillera Beata abre una gran oportunidad para la región en materia de conservación.
“A mí me tocó firmar el protocolo junto con el ministro de Colombia, de Medio Ambiente, y el Presidente (Luis Abinader), estando en el Palacio, se firmó de manera virtual”, dijo Ceara Hatton.
“Me siento muy complacido, contento, de que ya hemos llegado a este punto y vamos a salir adelante, tenemos un gran compromiso del 30 por 30, para que el 30 por ciento del área de este país, terrestre y marítima, sea área protegida, estamos trabajando en eso, estamos comprometidos con eso, el Gobierno tiene toda la intención de cumplir con ese compromiso”, añadió Ceara Hatton.
Recordó que el Estado dominicano se comprometió a conservar y gestionar el 30 % de la superficie terrestre y marítima bajo algún nivel de protección como áreas protegidas u otros mecanismos de protección, conforme al Marco Global para la Biodiversidad, que busca preservar los recursos naturales y mitigar impactos del cambio climático.
“Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las organizaciones colaboradoras que han sido pilares fundamentales de esta iniciativa: la Caribbean Cetacean Society, Blue Marine Foundation, Mission Blue, Blue Nature Alliance y el Fondo Nacional para el Medio Ambiente (Fondo Marena) . Su compromiso con la conservación de nuestros mares y océanos, así como la biodiversidad marina, ha sido clave para el éxito de esta expedición”, dijo Ceara Hatton.
Agradeció, además, a la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar), la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), la Fundación Ecológica Grupo Puntacana, la Fundación Eco-Bahía, el Centro para la Conservación de la Bahía de Samaná y su Entorno (Cebse) y a los delegados del gobierno de Colombia, país con el que República Dominicana comparte el corredor biológico binacional.
En el encuentro, celebrado en el Salón Multiusos del Ministerio de Medio Ambiente, participó el viceministro de Costeros y Marinos, José Ramón López Reyes. Del equipo de investigadores estuvieron Jonathan Delance, coordinador de la expedición, Jeffry Bernus, jefe científico de Caribbean Cetacean Society, los técnicos Yasmín Evangelista y Javier Matos, entre otros jóvenes promisorios.
Delance explicó que, la expedición se extendió por 20 días y cubrió unas 355 horas de investigación y un recorrido de 2,740 kilómetros, se confirmó la presencia de tres especies de tiburón, incluyendo el sedoso, el oceánico de punta blanca que está considerado en peligro. “Otra especie de profundidad encontrada es el tiburón cigarro, que puede indicar la presencia de ecosistemas más complejos en las profundidades”, dijo.
En la travesía participaron 12 investigadores de República Dominicana y conjugó el esfuerzo colaborativo de 9 países e islas y 14 organizaciones. El equipo científico, que se apoyó en el uso de un hidrófono en 409 puntos y otros equipos de investigación, identificó al menos 18 especies de aves en 330 avistamientos.
Indicó que en todas las salidas a alta mar se pudo avizorar el diablotín, por lo que se presume que “es una importante área de alimentación porque se observaron alimentándose en la cordillera Beata y, en sus rutas migratorias se ha observado que llegan hasta Colombia”.
Los investigadores confirmaron la presencia de cachalotes del clan número 2 de las Antillas Menores, “lo que indica un vínculo de conectividad”.
“Se confirmaron al menos 6 especies de cetáceos, en la mayoría de estas se visualizaron juveniles y adultos, lo que indica qué el área puede ser importante lugar de reproducción y cría. Ballena piloto, cachalotes, delfín manchado tropical, delfín manchado del atlántico, delfín nariz de botella y falsa orca”, dijo.
Delance resaltó que estos son los resultados preliminares, ya que es en marzo que se logrará concluir con el procesamiento y análisis de datos colectados para dar un informe preciso. En todo caso, los resultados ampliarían la importancia de conservación de esta área para el país, el Caribe y el mundo.