POR FERNANDO QUIROZ
La presa de Hatillo, en Cotuí, y la de Bao, afluente del mismo nombre  del río Yaque del Norte, son dos amenazas permanentes que podrían “llevarse” todos los pueblos agua abajo en caso de continuas temporadas de lluvias similares a la reciente, por la poca capacidad de sus vertederos.

    Esta advertencia la hizo anoche el ingeniero Salvador Dájer,  ex secretario de Agricultura, de Obras Públicas y creador en el año 1954 de la Secretaría de Hidráulica, actual Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI).

 Hatillo tiene sus cuencas devastadas, sin árboles. Su vertedero sólo tiene capacidad para 2,000 metros cúbicos por segundo cuando debería ser de 12,000. Fue construida hace 20 años con un embalse con capacidad para 600 millones de metros cúbicos, pero Dájer cree que se ha reducido a la mitad por el lodo acumulado.

 Su desbordamiento violento, advirtió podría “llevarse” hasta la tierra de pueblos como Cotuí y  comunidades del Bajo Yuna. 

 En el caso de la presa río Bao expresó que su vertedero tiene capacidad para 800 metros cúbicos por segundo, pero que necesita uno de 8,000. De desbordarse con grandes magnitudes afectaría Santiago, Monte Cristi, Dajabón y otros pueblos.

Se hace altamente necesario, señaló, la construcción de dos vertederos que suplan las necesidades de esas presas. Dájer, quien es ingeniero civil con una especialidad en hidráulica en Argentina, participó en una charla sobre el Calentamiento Global realizada anoche en el Colegio Luis Muñoz Rivera. Consideró  que la presa de Hatillo nunca debió construirse pues inundó 90,000 tareas agrícolas, lo que consideró un crimen de lesa patria.  Dijo que esas presas fueron construidas en medio de la prisa, con terminación deficiente, sin tomar en cuenta todos los elementos necesarios para obras tan complejas.