Expertos debaten en Uruguay sobre cómo afrontar retos científicos de A.Latina

Expertos debaten en Uruguay sobre cómo afrontar retos científicos de A.Latina

Montevideo.  América Latina debe integrar “más eficazmente las políticas de ciencia y tecnología”, con énfasis en la agricultura, para enfrentar en próximas décadas retos como el aumento de la población y de la demanda de alimentos y energía, entre otras, según expertos reunidos desde hoy en Montevideo.

Hay una “necesidad de integrar más eficazmente las políticas de ciencia y tecnología de América Latina y el Caribe”, dijo en el taller “Ciencia, Tecnología y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” Lino Barañao, ministro argentino de Ciencia y Tecnología desde 2007 y quien seguirá al frente de esa cartera cuando el próximo 10 de diciembre asuma el poder el opositor Mauricio Macri.

Estos desafíos derivan principalmente del incremento de la población mundial, que se prevé que para 2050 aumente en 2.000 millones de personas, lo cual acarreará un incremento de la demanda de alimentos y energía así como un mayor riesgo de enfermedades pandémicas.

Para poder hacer frente a estos retos, América Latina tiene que lograr una intensificación sustentable de la agricultura, sobre todo en aquellos países productores de alimentos, dado que, en opinión del ministro argentino, son los que pueden “sufrir las mayores consecuencias” desde el punto de vista medioambiental.

Asimismo, destacó que ese abordaje pasa por la biotecnología, principalmente para “mejorar las especies” y para encontrar prácticas más eficientes en la agricultura.

Estas deben centrarse, entre otros aspectos, en el aprovechamiento de la robotización para “minimizar el uso de agroquímicos y de algunos recursos no renovables” como los fertilizantes.

Además, agregó que todavía “hay que acudir a todas las fuentes de energía disponibles porque ninguna (renovable) es capaz de satisfacer la demanda completa».

En cuanto al riesgo de eventuales pandemias derivadas del incremento de la población, Barañao afirmó que es necesario que los países de la región desarrollen “capacidades locales” para poder responder efectivamente.

En ese contexto, señaló la necesidad de educar a los jóvenes en los campos de la ciencia y la tecnología, “sobre todo a aquellos que están en las primeras etapas de educación”, de una forma “diferente”, que apunte al desarrollo de su creatividad y flexibilidad y no solo a la adquisición de conocimientos.

Otro de los temas que se aborda en estas jornadas, en las que participan expertos llegados de países como Ecuador o vinculados a la Comisión Europea, es el de la denominada “diplomacia científica».

Según explicó a Efe Ernesto Fernández, especialista del programa de política científica de la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la Unesco, ese concepto pivota sobre varios aspectos.

Por un lado, hace referencia a la cooperación científica entre países para la transferencia de conocimientos, a la vez que también se vincula a las negociaciones políticas basadas en aspectos tecnológicos, como, por ejemplo, las negociaciones entre Estados Unidos e Irán en materia nuclear.

Asimismo, Fernández apuntó que la diplomacia científica también sirve para buscar la paz entre países.

Para argumentar este último punto, resaltó que el desbloqueo de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU. comenzó por la relación y colaboración de sus respectivas comunidades científicas, y también habló del Sesame, un proyecto de la Unesco en Jordania en el que colaboran expertos árabes e israelíes.

Las jornadas, que se celebran desde hoy en el edificio del Mercosur en Montevideo, se extenderán hasta el próximo viernes y están organizadas por la Oficina Regional de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe con el apoyo de otras entidades.

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