Las explotaciones mineras de recursos metálicos de gran volumen a cielo abierto generan una altísima contaminación de las fuentes acuíferas, advirtieron ayer Edgar Isch y Angela Zambrano, catedráticos ecuatorianos que participaron en el seminario “Agua, paz y democracia”.

Señalaron que el agua se convierte cada vez más en un elemento vital para el desarrollo de los pueblos y para su seguridad futura, por lo que instaron a los países con una amplia biodiversidad, como República Dominicana, a evaluar alternativas para la producción de recursos económicos sin dañar el medio ambiente, principalmente el preciado líquido.

Isch indicó que “la minería tiene afectación en todos sus procesos, desde la exploración hasta lo que sucede luego de la explotación. Alrededor del planeta existen innumerables ejemplos de que ello es así. En países donde se dice que hacen una cosa limpia, como en Canadá, hay miles de minas abandonadas que no tienen un cierre técnico y continúan contaminando hasta el día de hoy”.

Señaló, también, que en España está el caso especial del río Tinto, donde hay una mina que empezó en la época de los romanos y continúa contaminando el agua actualmente.

Observó que el daño al agua lo generan no solo los químicos que se emplean en el proceso minero, sino los que se liberan.

“Un proyecto minero tiene 25 o 30 años y causa daños enormes y las siguientes generaciones no pueden usar ese suelo”, dijo el investigador.

Zambrano, doctora en biología, apuntó que toda actividad humana va a tener un impacto sobre el ambiente, “pero en el tema agua ciertas actividades como la minera, sino se maneja técnicamente puede generar deslaves que dañan el paisaje, contaminación de agua que afecta la salud y una pérdida de la biodiversidad”.

El agua, un bien público. En la actividad organizada por el Instituto Nacional de Aguas Potables Y Alcantarillados (Inapa) en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el director ejecutivo de la entidad, Alberto Holguín, manifestó su oposición a que se privatice el agua, como proponen dos proyectos de leyes depositados por los senadores Félix Nova y Adriano de Jesús Sánchez Roa, consonantes con el “Proyecto de ley de agua potable y saneamiento”, depositado en el Congreso en los años 90.

Holguín reconoció que en el país no hay un marco legal sobre el agua y debido a la masificación de instituciones que manejan el sector, ocho sin contar a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado Santo Domingo, se dificulta la creación de una política pública y un establecimiento jurídico para el manejo adecuado del mineral.

Advirtió que el agua no se puede considerar nunca como un bien de mercado.

Dijo que se debe crear una Ley de Agua que proponga la formación de una entidad pública que maneje el recurso con transparencia administrativa.

Reiteró que el sector privado debe permanecer fuera del manejo del agua.

Isch explicó que hoy se acostumbra a hablar de una posible guerra del agua. “La guerra principal que se está dando es el acaparamiento del agua en pocas manos, de mecanismos de privatización directa e indirecta que han fracasado alrededor del mundo”, señaló.

Dijo que el Banco Mundial realizó el informe “Reformando la infraestructura” donde reconoce el fracaso de las privatizaciones.

Manifestó que con esa medida pierden los pobres, los campesinos que se quedan sin agua, poblaciones enteras que no tienen agua segura para tomar.