El mundo evoluciona y la educación también. El tradicional modelo educativo -aprendizaje a través de libros y una pizarra con tizas- ha ido en declive. Hace varios años que la tecnología entró con fuerza para revolucionar la educación, y ahora ya es una parte vital de ella.
Para los educadores, el proceso de transformación digital del sistema educativo es todo un desafío. Antes, los maestros y los libros eran las únicas fórmulas para buscar información. El estudiante se limitaba a estos, pero desde hace alrededor de diez años, la información ya no es escasa, es accesible, infinita, está a la orden de todos…
Así lo afirma Gustavo Menéndez-Bernales, líder de transformación de negocios de Cisco Latinoamérica, quien agrega que el profesor ha tenido que adaptar su método pedagógico.
“Ahora el educador es un guía de trabajo. Desarrolla sus labores en un nuevo ambiente, donde debe tener condiciones para innovar y facilitar contenidos disponibles en cualquier formato”, afirma el docente argentino, quien trabaja con muchas de las compañías y gobiernos líderes de la región para ayudarlos a ser más competitivos y productivos mediante la digitalización efectiva.
Dice que la tecnología camina a pasos agigantados en el universo educativo, pero debe haber cierto cuidado en cómo se aplica, puesto que no debe estar por encima de la educación, sino verse como una poderosa herramienta de aprendizaje e interacción.
Además, señala que es importante que se revisen los habituales currículos educativos, porque para que la transformación sea exitosa, estos deben adaptarse a los nuevos procedimientos digitales.
Fernando Valenzuela, especialista en procesos de transformación digital y director en Latinoamérica de ItsLearning, coincide con Menéndez-Bernales y agrega que “no se trata exactamente de incorporar tecnología en la educación, sino de hacer que la educación sea relevante para un mundo que se está transformando a raíz de la tecnología”.
Confiesa que se necesita un equilibrio delicado entre la pedagogía y la tecnología, ya que de nada sirve anexar la tecnología a la educación si no se cambian las lecciones que se enseñan, cómo se enseñan, para qué y a quién se enseñan.
Apunta que hoy enfrentamos un mundo donde “hay que aprender a aprender para toda la vida”. Donde no es necesario formarse dentro del aula, pues se puede hacer en cualquier momento y lugar.
“Estamos enseñando a unas generaciones que van a tener que convivir con robots, inteligencia artificial… Entonces hay que cambiar las lecciones, enseñarle a los docentes que ya no son los dueños del contenido, y su rol se va a parecer más al de un curador que diseñe experiencias de aprendizaje que enganchen a sus alumnos. El estudiante tiene que saber por sí solo, elegir cómo y qué quiere aprender”, detalla el especialista mexicano.
Ambos expertos aseguran que hoy el foco tiene que orientarse a generar apetito de aprendizaje constante en los estudiantes.
Comprenden que todos estamos bombardeados con más informaciones de las que somos capaces de digerir, entonces ya no se trata de asimilar un contenido, sino de tomar decisiones, desarrollar pensamientos críticos… ser capaces de colaborar, de discernir entre la información que es relevante.
Menéndez-Bernales y Valenzuela ofrecieron estas declaraciones durante ClaroTec Empresarial, un evento organizado por la compañía Claro para conocer las últimas tendencias en tecnología digital y apoyar el crecimiento hacia la productividad.