Expira ultimátum para liberar soldado

Expira ultimátum para liberar soldado

GAZA (AFP).- El ultimátum de 24 horas lanzado por los secuestradores del soldado israelí al Estado hebreo exigiéndole la liberación de decenas de presos expiró ayer, martes, pero todo indica que el joven cabo sigue con vida y la esperanza de reanudar las negociaciones no ha desaparecido completamente.

En las últimas horas, Israel mostró que no está dispuesto a plegarse a las exigencias de los grupos armados palestinos que reivindican este secuestro y siguió adelante con su ofensiva en la franja de Gaza, destinada a liberar al militar.

“No negociaremos con los terroristas. Actuaremos con la fuerza necesaria y no cederemos al chantaje”, declaró tajante el primer ministro, Ehud Olmert.

Según el jefe de gobierno, el cabo Gilad Shalit, de 19 años, “está en manos de terroristas brutales y crueles que quieren derrumbar los pilares del Estado de Israel, pero que sólo consiguen perjudicar a la población palestina”.

El martes, los grupos armados que secuestraron a este soldado el 25 de junio aseguraron que no desean matarlo, pese a que el ultimátum lanzado a Israel terminó sin ningún resultado.

“Algunos piensan que lo mataremos, pero nuestros principios islámicos estipulan que hay que respetar a los prisioneros y no quitarles la vida”, declaró Abu Muthanna, un portavoz del Ejército del Islam, uno de los grupos que reivindicaron el secuestro.

En la misma línea, el primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, líder del movimiento islámico Hamas, que domina el gobierno, exhortó a los tres grupos armados que capturaron al cabo a que lo mantengan con vida y pidió que continúen las negociaciones para poner fin a esta crisis de forma pacífica.

Los captores del militar reclaman la liberación de mujeres y niños palestinos que están en las cárceles israelíes y la de otros 1.000 detenidos de varios países árabes, entre ellos varios líderes de grupos armados.

El lunes, las brigadas Ezzedin Al Qassam, brazo armado de Hamas, los Comités de la resistencia popular y el Ejército del Islam, que se proclaman autores del secuestro, dieron 24 horas a Israel para satisfacer estas exigencias.

Como única respuesta, Israel bombardeó el martes al alba la universidad islámica de Gaza, uno de los centros de enseñanza superior más importantes de la franja.

El Estado hebreo ha focalizado la operación militar en Gaza en el debilitamiento de Hamas, su bestia negra, al que consideran un grupo terrorista.

Poco después de que expirara el ultimátum, un portavoz del gobierno israelí, Avi Pazner, confirmó que el soldado se encontraba con vida. “Tenemos informaciones seguras y en este momento, sabemos que está vivo”, afirmó.

El portavoz del gobierno palestino, Ghazi Hamad, afirmó que todavía podía encontrarse una solución pacífica a esta crisis.

“Todavía hay una posibilidad de dejar atrás las dificultades y encontrar una salida gracias a una fórmula aceptada por todas las partes”, subrayó.

Pero Israel se sigue negando a negociar “con terroristas”, aunque sí lo haya hecho en el pasado, y asegura que si cede ahora, el secuestro será entendido por sus enemigos como un método que funciona.

“Cuanto antes desaparezca este gobierno de asesinos, mejor será para el pueblo palestino”, declaró Benjamin ben Eliezer, ministro de Fomento israelí.

Paralelamente, un proyectil palestino de fabricación artesanal disparado desde la franja de Gaza cayó en una escuela israelí de Ashkelon sin provocar víctimas, indicó un portavoz del ejército israelí.

“Un cohete tipo Qassam, disparado desde la franja de Gaza, cayó en una escuela en pleno centro de Ashkelon. A esta hora no había niños y no hubo que lamentar heridos aunque los daños materiales son importantes”, declararon estas fuentes a la AFP.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, consideró este acto “de una gravedad sin precedentes”.

“Ese disparo que cayó en pleno centro de Ashkelon es un hecho muy grave que constituye una escalada de una gravedad sin precedentes del terrorismo de Hamas que dirige la Autoridad Palestina”, dijo Olmert, en declaraciones transmitidas por un canal de la televisión pública israelí.

Según la televisión, que cita a responsables políticos israelíes, este incidente será examinado el miércoles en una reunión del gabinete de seguridad israelí.

En los últimos días, 64 ministros, diputados y alcaldes de Hamas fueron detenidos en Cisjordania y numerosas infraestructuras y edificios públicos vinculados al grupo islámico fueron bombardeados en Gaza en una ofensiva lanzada por Israel como respuesta al secuestro del soldado.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, que actuó de mediador en esta crisis, quiere sobre todo evitar el retorno de los tanques al corazón de Gaza, donde no hay presencia israelí desde que las colonias judías fueron desmanteladas en agosto del 2005.

La ONU alertó de la peligrosa situación humanitaria que se vive en Gaza, debido al bombardeo de una parte importante de la precaria infraestructura de la franja, como centrales eléctricas, líneas de teléfono, carreteras y canalizaciones de agua.

Hamas casi clandestino

GAZA (AFP).- Escondidos en casas de amigos, privados de sus teléfonos móviles por miedo a ser localizados y obligados a no acudir a sus lugares de trabajo: las vidas del primer ministro, Ismail Haniyeh, y otros líderes de Hamas se parecen más a la de un grupo clandestino que a la de un gobierno surgido de unas elecciones. “Todos estamos tomando más y más medidas de protección debido a las amenazas israelíes. Nuestras vidas están en peligro, pero es lo que ocurre a todos los palestinos desde el inicio de la ocupación”, declaró el ministro de Información, Yussef Rizqa.

Según este ministro, los miembros del gobierno intentan seguir trabajando normalmente y “cumplir su compromiso con el pueblo palestino” pese al asedio israelí que sufren los territorios palestinos desde que un soldado del Estado hebreo fue secuestrado el 25 de junio.

Sin embargo, a partir del bombardeo israelí de la sede del ministerio de Interior en Gaza y de la oficina de Haniyeh, la tarea es prácticamente imposible.

“Muchos ministros no pueden ir a sus oficinas porque tienen miedo a ser blanco de un ataque con misiles. Haniyeh nos pidió a todos que multiplicáramos las medidas de protección”, declaró otro responsable del gobierno sin querer revelar su identidad.

Según este responsable, debido a la falta de seguridad y al creciente peligro en la franja de Gaza, los ministros, incluido Haniyeh, y diputados duermen cada noche en lugares diferentes, cambian de vehículo y de hábitos.

“La casa de Haniyeh está vacía desde hace días, el primer ministro está en casa de amigos de confianza junto a su familia”, explicó.

Con los tanques israelíes apostados a poca distancia y esperando sólo una orden para entrar en Gaza e intentar liberar al cabo Gilad Shalit, el gobierno decidió anular su reunión semanal del martes.

Pero resultó ser una astucia y el ejecutivo acabó celebrando un encuentro de manera inesperada para evitar ataques israelíes.

En este contexto nervioso, la detención la semana pasada de 64 ministros, diputados y alcaldes de Hamas en Cisjordania, llevada a cabo por Israel, ha eliminado de un plumazo un tercio del gobierno de Hamas y ha reducido terriblemente el ya escaso margen de maniobra del ejecutivo.

“Di a las fuerzas de seguridad y al ejército la orden de actuar con toda su fuerza para perseguir a los terroristas, a sus ideológos y a quienes les protegen. Haremos todo, y digo todo, para liberar al soldado. Lo repito: Nadie estará a salvo”, subrayó el primer ministro israelí, Ehud Olmert, después del bombardeo contra la oficina de Haniyeh.

Desde entonces los miembros del gobierno evitan usar su teléfono móvil por miedo a ser rastreados, se comunican por fax y mantienen reuniones en lugares secretos, decididas en el último momento y lejos de las cámaras.

Algunos, como el viceprimer ministro, Hasserdin al Shaer, están en paradero desconocido en Cisjordania desde la semana pasada.

“Todos sabemos que Israel desearía asesinar a Haniyeh pero si se decidiera a hacerlo en este momento, pondría todavía más peligro la vida de su soldado secuestrado”, estimó el profesor Mjaimar Abu Sada, de la universidad Al Azhar de Gaza.

Haniyeh tiene buenas razones para protegerse: en el pasado, Israel no titubeó para liquidar hace tres años al jeque Ahmed Yassin, líder espiritual del movimiento, lanzando un misil sobre su vehículo en Gaza, y semanas después a su sucesor, Abdelaziz Rantissi.

El analista recuerda que el gobierno palestino lleva “meses paralizado”, porque desde que entró en funciones a principios de año nunca todos sus ministros de Gaza y Cisjordania, pudieron reunirse en un mismo lugar y siempre hubo un miedo a ser víctima de ataques israelíes.

“Los palestinos comprenden lo que está pasando y aceptan que la prioridad de su gobierno sea actualmente otra que la de garantizar el suministro de agua o electricidad en la franja de Gaza”, afirma Abu Sada.

El profesor estimó que pese a que Estados Unidos y Europa consideran a Hamas una “organización terrorista”, la mayoría de sus miembros “no tiene relación con el brazo militar de Hamas”, las brigadas Ezzedin Al Qassam.

“Por eso, la comunidad internacional y los países árabes deberían estar más presentes en esta crisis y pedir a Israel que deje de obsesionarse con eliminar a este gobierno”, concluyó.

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