El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo ayer que sus diferencias con el presidente Hipólito Mejía surgieron cuando el mandatario pidió a los obispos que se callaran la boca si no sabían lo que estaban diciendo.

«Yo eso no se lo acepto ni al presidente ni a nadie. Los obispos somos maestros en la fe,» afirmó López Rodríguez.

López Rodríguez dijo que los obispos tienen obligación de hablar Apésele a quien le pese@.

Manifestó que a él no le calla nadie con «boberías» y que cuando tiene que decir la verdad, la dice porque la Iglesia lo escogió como pastor, para que oriente a su pueblo.

El Arzobispo de Santo Domingo habló con los periodistas al visitar las instalaciones del Club San Lázaro para reciprocar el gesto que le dispensaron al dedicarle el 41 aniversario.

Expresó que si tiene que decir una cosa que moleste la dice y nadie le puede mandar a callar, porque sabe lo que está diciendo, el por qué lo dice y cómo lo tiene que decir.

Sin embargo, el arzobispo López Rodríguez dijo que al presidente Mejía siempre lo ha estimado mucho y que le conoció en San Cristóbal siendo un joven estudiante, cuando era seminarista.

[b]SALARIOS[/b]

El cardenal López Rodríguez es partidario de un aumento salarial, pero advierte que no debe convertirse en un boomerang, razón por la cual sugiere que se pondere bien.

Sugirió que los equipos económicos del nuevo gobierno se sienten a ponderar las razones a favor y en contra de un aumento salarial y luego que haya un flujo de informaciones sinceras sobre lo que se pretende y se puede hacer.

Dijo que siempre se va a poner el acento en que el aumento de salario produce inflación, porque carga los aumentos de costos sobre los artículos.

Entiende que la población debe estar suficientemente informada sobre ese tema y que exista transparencia, un flujo de comunicación entre gobierno y gobernado.

[b]PACTO[/b]

Consideró bueno el pacto firmado entre el presidente Hipólito Mejía y el electo presidente Leonel Fernández, porque entiende que ha contribuido a una distensión de los ánimos que estaban muy caldeados durante toda la campaña.

El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo manifestó que la conversación entre el que entrega y el que va a entrar es normal en cualquier parte del mundo.

«El hecho de que un gobierno termine no significa que terminamos todos, empieza otra etapa con otro gobierno distinto», dijo el cardenal López Rodríguez.

Entiende que esa decisión hay que saludarla y se alegra de que los dos se hayan avenido a conversar sobre el futuro de la República Dominicana.