Explica evolución de celebración de las liturgias de Semana Santa

Explica evolución de celebración de las liturgias de Semana Santa

POR GERMAN MARTE
Como se conoce ahora, la Semana Santa se celebra en el país desde mediado del siglo XX, tras una resolución del papa Pío XII que estableció que se volviese a las costumbres originales de la celebración del triduo sacro (jueves, viernes y sábado), afirmó ayer el padre José Luis Sáez.

Antes, añadió el sacerdote jesuita, Pío XII había restablecido la Vigilia Pascual que se celebra la noche del sábado, víspera de la resurrección.

«El problema está en que se fue degenerando todo y se sobrepusieron las devociones a la liturgia propiamente de la Iglesia oficial y llegaba el momento en que todo el mundo estaba cargado de cosas, todo el mundo algo que hacer a toda hora, pero en definitiva nada de eso era de la liturgia de la Iglesia.

Entonces Pío XII restableció en el año 1951 la Vigilia Pascual, y en el país se comenzó en el 1954, en tanto que al año siguiente se comenzó a celebrar la Semana Santa como se hace ahora. Hasta entonces, la Vigilia Pascual se celebraba el sábado por la mañana.

Sáez ofreció estas explicaciones durante el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio al que asistió en compañía del obispo de la Iglesia Anglicana, Julio César Holguín Khoury.

Afirmó que la devoción popular había impuesto una Semana Santa paralela, y este sentido indicó que el recorrido que se hacía antes por las diferentes «estaciones» nunca fue parte de la Semana Santa.

Y fue por esa razón que el Papa Pío XII decidió cambiar esa situación tras considerar que la Iglesia no debía fomentar esa práctica sino que debía hacer énfasis en lo que verdaderamente era parte del triduo pascual.

A propósito de los cambios en las actitudes de la gente durante la Semana Santa, el sacerdote explicó que el laicismo ha impuesto cambios en lo religioso.

Indicó que en la celebración de la Semana Santa se fueron incorporando tantas cosas que «se llegó a hacer un mangú tan raro que yo creo que ni Dios lo reconocía como suyo».

Expresó que durante los años 50 y 60 la Iglesia Católica organizaba numerosas actividades, «la idea era «marear» a la gente con tantas actividades durante toda la semana, para que la gente estuviera en la Iglesia».

Incluso en «el tiempo muerto del viernes Santo» después de la terminación de la celebración entonces se inventaba el oratorio de la muerte de Cristo con Chuchú Ravelo con toda la Orquesta Sinfónica y Coro Nacional, porque la cuestión era que había que llenar de alguna manera esos tres días con actividades vinculadas a la Iglesia, y obligaba casi a que hubiera un silencio en toda la ciudad.

Dijo que en aquella época a nadie se le ocurrir ir a la playa, como se estila ahora, en que gran parte de los cristianos y no cristianos aprovecha el período de Semana Santa para ir a la playa y vacacionar fuera de la ciudad.

Dijo que las costumbres sociales fueron impulsando a una costumbre eclesiástica que en cierto modo tenía la bendición de la Iglesia. Entonces, subrayó, muchas de las cosas que se incorporaron a la celebración de la Semana Santa, carecían de sentido religioso.

Indicó que la Semana Santa que se celebraba en la década del 60 estaba acomodada a las costumbres sociales del momento y así ocurrió en todos los países.

Era, indicó, una serie de ritos acomodados a esos días, pero muchos de ellos eran puramente devocionales y no liturgia de la Iglesia.

Por eso Pío XII optó por restablecer lo perdido como el triduo sacro.

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