Las cerca de cuatro mil páginas que contiene el expediente acusatorio contra el entramado de corrupción que presuntamente dirigía Alexis Medina Sánchez, cuyos tentáculos habrían alcanzado a 20 instituciones públicas, sigue deparándonos sorpresas, todas desagradables.

Ayer este diario publicó que empresas cuya propiedad el Ministerio Público atribuye al hermano menor del expresidente Danilo Medina habrían emitido cheques, con fondos obtenidos de manera ilícita, por la friolera de RD$75,319,725 para financiar candidatos del PLD, entre los que señala a Karen Ricardo, candidata a diputada en el 2016, y Aril Balaguer, aspirante a una diputación por el Distrito Nacional.

El Ministerio Público aclara que las cantidades que aparecen en la voluminosa pieza acusatoria se limitan a lo comprobado en los documentos materiales ocupados durante allanamientos, ya que la mayoría de esos cheques estaba a nombre de empleados y no le fue posible saber con exactitud los fondos erogados y desviados. Y sostiene que ese método de emitir cheques a nombre de empleados para obtener dinero en efectivo, era utilizado por Alexis Medina para a través del movimiento político “Tornado” favorecer los intereses de su hermano.

Desde luego, todo eso tiene que probarlo en un tribunal de justicia, al que también debería comparecer la dirigencia peledeísta para que confirme si, como afirma la acusación, recibió ese dinero; y si lo recibió explique para qué lo utilizó, y si lo transparentó reportándolo a la JCE. Como se trata de dinero público, esa explicación se hace mas que necesaria.

Y ojalá sea también convincente, pues el país tiene derecho a saber si el PLD fue sorprendido en su buena fe convirtiéndose en víctima de los manejos turbios del Pulpo, o fue cómplice por acción u omisión de un entramado corrupto que defraudó al Estado dominicano con miles de millones de pesos. Y contando.