Explíquenle algo a Doña María

Explíquenle algo a Doña María

AMPARO CHANTADA
Doña María llego a la Capital al final de los 80´s, tenía 20 añitos, soltera y con buen cuerpo se “arrinconó” a donde Marina, su prima. Esta llegó primero a la Capital, vino del Sur y abre camino al resto de la familia: por falta de terreno, optó por una Ciénaga, a falta de casa del Gobierno, se construyó la suya, eso sí, sin agua, sin luz, se fajó en La Ciénaga y para comer, incluyendo guandules, sube al Mercadito, ensuciándose los pies, no importa. Las condiciones de vida, como dicen en la ONU,  no son muy buenas, ahí no hay ninguna de las condiciones que dan calidad a la vida. Pero como se sabe, “capitai es capitai”.

Marina se apretó los pantalones y echó raíces; ahora, con su prima María, le irá mejor: compartirán lo que hay, aguantarán la bulla del vecino y los gritos de los pleitos, no dormirán mucho porque los borrachos no las dejan. En la noche se trancarán temprano, porque al otro día se levantan a las 5.30. María cuidará los niños de Marina y ella saldrá a la calle “a buscársela”. La vida transcurrirá al ritmo de los pleitos del barrio, de las bandas y la policía del cuartel vecino. La misa, eso sí, el domingo es una compuerta al paraíso prometido.

Marina se fajó a final de los 80´s para que no la desalojen. Con Copadeba y los talleres de quien escribe, entendió que vivir en la ciudad no es lo mismo que vivir fuera de la ciudad, allá donde los pobres van a parar cuando los sacan de los barrios. Algunos los llaman “insalubres” “inseguros” “improvisados” pero, están cerca de todo, conectados por las rutas de guaguas y las líneas de concho, el Mercado, el “Morgan” quedan cerca y la escuela pública también.

Marina entendió que por los años que tiene fajada en su barrio, secando y rellenando, sudando la gota gorda, se ganó el derecho a vivir allí, donde está, donde nadie quería vivir, donde la dejaron instalarse y donde la vienen a buscar cada cuatro años, para que vote blanco, morado o colora´o. Es entonces, cuando todo el mundo se recuerda de ella, todos la saludan, la miran y quieren su voto. Por eso Marina, se afilió a Copadeba y desde entonces lucha para mejorar su barrio porque le dijeron que todos estos barrios de la zona Norte, pegados del rió, son mejorables. Incluso las cañadas por fin recibieron mucho dinero de la Unión Europea y algunas se fueron cubriendo de tal forma que hoy solamente se oye el rugido de las aguas sucias, bajando desde María Auxiliadora hacia el rió. Marina dejó un poco la lucha en Copadeba, como todos los vecinos. Cansados, ocupados, no tienen el tiempo ni el ánimo, cree que la lucha se termino.

Pero, hace algún tiempo, oye hablar de un tal Diandino, dizque discípulo del Doctor, que se invento allá en La Zurza un Metro.  Marina se pregunta como buena campesina, si ese metro es realmente necesario, pues es tan caro y tan larga su construcción que duda verlo un día en funcionamiento. Sabe que el señor Diandino tiene una máquina de hacer hoyos que es un allante, porque lo difícil, lo duro y lo largo, viene ahora.

Marina se pregunta ¿por qué el Gobierno abandonó la política de mejoramiento barrial con su Comisión del mismo nombre?.

Ahora ésta sólo distribuye aspirina, abanicos, planchas y no arregla calles, ni casas, ni construye escalinatas.

Marina cree que el Gobierno debería construir casas y construir una planta de tratamiento de aguas negras en donde le dicen “el oasis” al final de la cañada de Benavides.

Marina se pregunta ¿por qué el Gobierno con ese metro, que ni siquiera es tranvía (mucho más barato) ahora retoma la idea esa, de la misma Avenida de Circunvalación de los años 80 ahora bautizada avenida Perimetral?.

Y María le pregunta ¿para qué hacer una tal avenida, quién la transitará, cuánto cuesta esa avenida de lujo al pie de todos los barrios pobres de la zona Norte de Santo Domingo, a quién le conviene esa avenida? Marina puede contestar, porque se recuerda la lucha que llevó contra la Circunvalación.

Si hay dinero para una circunvalación, ¿por qué no mejoran mejor las condiciones y la calidad de vida de la gente de los barrios? ¿por qué no construir edificios de tres plantas donde suba el agua, donde venga la luz, donde el parque y la cancha serán disfrutados por los niños ¿A quién le conviene esa circunvalación: A los propietarios de los terrenos de la ciudad y de la zona Norte. Saben quienes son: los del proyecto Sans Soucí, ellos así, no tendrán que invertir para “limpiar el río Ozama” porque el Estado dominicano lo está haciendo por ellos, con nuestro dinero.

Ella sabe, Marina, que si revalorizan los terrenos, poco a poco, los pobres van a tener que irse, porque los alquileres subirán, los dueños venderán, al final, los pobres se irán.

Ahora María entiende que debe organizarse para que el señor Diandino no siga con esa avenida, que ésta no le conviene a los barrios, se convertirá además en autopistas para jevitos echar carreras, para que los policías y otras fuerzas del orden “cerquen” los barrios en caso de descontento, María entiende que son sus chelitos que don Diandino está usando para una cosa que no le conviene, ni a ella, ni a Marina, ni a sus hijos, ni a los hermanos de pobreza de La Zurza, Las Cañitas, Gualey y La Ciénaga.

Don Diandino, ahora María y Marina le quieren preguntar: ¿Con quién usted averiguó que queremos una avenida Perimentral?

En homenaje a las luchas barriales de los años 80.

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