Los colores son, sin dudas, una apuesta del verano, gracias a la frescura y alegría que transmiten dentro del mundo de la decoración.
Aunque las tendencias de decoración moderna apuntan más a los colores neutros, cuando se trata de gustos no hay nada escrito y no está de más romper, de vez en cuando, con los parámetros preestablecidos y darse el “gustito” de colorear nuestras vidas al máximo.
La idea es cambiar por completo esa parte de su casa que le resulta aburrida, utilizando diversos colores y estampados divertidos, pero siempre manteniendo el equilibrio y la armonía, de los tonos y elementos.
Las tonalidades vibrantes rojo, verde, amarillo y azul, son perfectas para estos fines; solo es cuestión de saberlas combinar para lograr el efecto deseado.
Pequeños detalles llenos de color. Para impregnar su estancia de colores no hace falta gastarse una fortuna; si no quiere hacer cambios muy grandes, como pintar las paredes, bastará con colocar detalles como cojines, jarrones, alfombras, cuadros… así logrará un punto focal en su sala; las cortinas en tonalidades frescas, como el rosado, serán también un excelente aliado para crear ese efecto.
En el caso de los dormitorios, las cortinas y ropa de cama floral le ayudarán a crear ambientes realmente fantásticos.
En el caso de la cocina, puede optar por gabinetes en tonos alegres, como el amarillo, el naranja, el fucsia, azul… Desde la decoración de las paredes o muebles de cocina, hasta los complementos… Cuando se trata de color, cualquier idea es buena para hacer de esta área un lugar alegre y acogedor apoyándose en la vistosidad de los tonos vivos.
Para el comedor se pueden elegir las sillas más coloridas y, si se quiere algo más duradero, un suelo lleno de cerámicas de mucho color.
Otra idea es combinar tonalidades diferentes en torno a la mesa. Cada silla puede ser de un color, o hacerlo en pares; dos sillas de colores iguales… complementado con una lámpara, que puede ser de igual tono que la mesa.