FENGXIAN. La explosión ocurrida el jueves a las puertas de una escuela en China, y que mató a ocho personas, fue provocada por una bomba artesanal fabricada por un joven con problemas de salud que también murió, infomaron este viernes las autoridades locales.
«Se halló material explosivo en el apartamento» de este hombre de 22 años, identificado como Xu, precisó en un comunicado el ministerio de Seguridad Pública en Fengxian, ciudad del este del país donde tuvo lugar la tragedia.
El atacante había escrito las palabras «muere» y «destruye», entre otras, en una pared de su habitación, precisaron las autoridades. El hombre, afectado por una disfunción del sistema nervioso que puede causar problemas de corazón y de presión arterial, había abandonado los estudios pero tenía trabajo, precisó el comunicado sin más detalles.
La explosión, en que murieron ocho personas, dejó 65 heridos. Las imágenes difundidas por los medios estatales mostraban a las víctimas en el suelo, algunas inconscientes o con la ropa desgarrada por la onda expansiva. Una mujer llevaba en brazos a una niña pequeña que lloraba.
Varios medios chinos informaron entonces que la explosión había sido causada por una bombona de gas utilizada por un puesto de comida callejera. Un vecino dijo a la AFP que cientos de niños acuden a esta escuela y que las víctimas son principalmente personas que fueron a buscar a los alumnos a la salida de las clases. Desde su cama de hospital, una superviviente contó a la televisión nacional que las puertas de la escuela acababan de abrir hacia las 16H50 (08H50 GMT) cuando se produjo la explosión. Pero los niños no habían empezado a salir.
“Controles reforzados”
Los alumnos y los maestros estaban en clase en el momento de la tragedia y ninguno se vio afectado, aseguraron las autoridades locales. El ministro de Seguridad Pública, Guo Shengkun, ordenó una investigación «rápida» y «exigió controles reforzados ante los riesgos potenciales en lugares densamente poblados», según la agencia de noticias Xinhua.
Uno de sus viceministros se desplazó al lugar para dirigir la investigación. Los atentados con bomba no son excepcionales en China. El año pasado, un hombre de 29 años fuertemente endeudado hirió a cuatro personas en un aeropuerto de Shanghái lanzando una bomba de fabricación casera cerca de un mostrador de facturación, antes de cortarse el cuello con un cuchillo.
En 2015, un desempleado había provocado una explosión en un parque de la provincia oriental de Shandong, matándonse a sí mismo y a otra persona, e hiriendo a 24. En 2013, un hombre en silla de ruedas hizo estallar una bomba artesanal en el aeropuerto internacional de Pekín, afirmando protestar contra la brutalidad policial. Fue condenado a seis años de cárcel.
En los últimos años se produjeron también varios atentados con explosivos imputados por las autoridades a los «extremistas» uigures (minoría musulmana que vive en Xinjiang, en el noroeste de China), entre ellos un atentado suicida con camión bomba en la emblemática plaza Tiananmen de Pekín en 2013.