Los estallidos de violencia que se viven en la República Dominicana  empiezan a manifestarse en los menores de edad, a tal escala que  entre febrero y marzo  ocho niños y adolescentes  han causado la muerte de otros tres menores  y  la de un  adulto.

Son crímenes en los que las explosiones de ira terminan en hechos de sangre que horrorizan, marcados por el uso irracional de todo tipo de objetos cortantes, complicidad de otros menores y hasta venganza colectiva.

Homidicios  en ocasiones, precedidos de otros delitos, como   estafas y robos, incluso en el entorno de escuelas y a sus propios padres.

Los crímenes se han registrado en San Juan, Santiago, el Distrito Nacional y La Romana.

Crimen abominable.   El 22 de marzo,  sorprendió la funesta noticia de que una adolescente de 14 años asesinó de 20 puñaladas a su abuela de  93 años de edad, porque alegadamente quería dinero. La víctima fue Amalia Aracena Santana. Residía en    Barrio Lindo, Hato Mayor, Santiago.

El 21 de febrero pasado, los residentes de Las Matas de Farfán, en San Juan, se estremecieron al conocer que un menor de nueve años mató a  Alexander Quevedo Valdez, de siete años, al abrirle el cráneo de una pedrada, en una discusión a la salida de la Escuela El Pozo, en Matayaya. Los dos casos más recientes fueron los asesinatos de dos niños en San Juan de la Maguana y en la Capital,  causadas por menores de edad. En el primer caso, el menor homicida actuó solo, pero  el último crimen lo cometió un grupo de cinco adolescentes.

Los niños, niñas y adolescentes han iniciado una escala de crímenes jamas vistos en el país. 

Fiscal quiere consecuencias a negligencia de MP.  En otro intento por frenar la violencia, la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, advierte que urge enfrentar rápido los casos de violencia intrafamiliar y de género.

Aseguró que dan un trato especial a los casos de violencia de género.

Planteó un caso nunca tocado y que entraña responsabilidad para el Ministerio Público, al señalar que debe haber un sistema de consecuencias. “Que el Ministerio Público, o en caso que pase una violencia por una negligencia del Misterio Público, tiene que haber un sistema de consecuencias”, manifestó Reynoso.

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Hecho reciente

El macabro crimen a palos y pedradas del niño  Randy Beltrán de los Santos, de siete años de edad, se conoció el 26 de este mes. Lo confesaron cinco adolescentes de 13, 14 y 15 años de edad, quienes alegaron que cometieron el acto por 300 pesos.

La muerte ocurrió el  19 de este mes en la  avenida Sol Poniente, sector Arroyo Hondo, del Distrito Nacional.