La República Dominicana ha vivido momentos difíciles con la afectación de su medio ambiente. Todos conocemos la barbarie cometida en Pueblo Viejo, Cotuí, al concedérsele la explotación minera a la Barrick Gold en condiciones leoninas para el país. Si lo que ocurrió con esto hubiera sucedido en un país como China, los ideólogos y quienes dieron el consentimiento para que esta barbarie se llevara a cabo, posiblemente estuvieran enfrentados a penas capitales. Lo que se hizo con la mina de Pueblo Viejo es  alarmante y nuestro país debe guardarlo pendiente en su conciencia toda la vida. Hay hechos que no deben olvidarse nunca. Este es un crimen latente. La renegociación que hizo el gobierno es tan sólo un parche a un hecho consumado que lastimará a los dominicanos/as toda la vida.

Ahora tenemos ante nosotros el caso de Loma Miranda, ubicada a 17 kms. de la zona urbana de La Vega y entre este municipio y la provincia de Monseñor Nouel. Como dice el ambientalista Félix Díaz Tejada: “Loma Miranda es el último pulmón del Cibao Central”.

La empresa Falcondo Xstrata Nickel pretende explotar Loma Miranda para extraer hierro y níquel. Ya por fin el PNUD entregó el informe sobre el impacto de la explotación en esta zona que establece que el proyecto de Falcondo “no responde a las exigencias ambientales y sociales y de desarrollo sostenible del país”.

Ya antes que el PNUD lo habían dicho y fundamentado, la Academia de Ciencias de la República Dominicana y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD): “Loma Miranda no debe ser explotada  porque además de ser una zona  de generación de lluvias, el níquel que posee está asociado a metales pesados como el cromo que contaminará las aguas del sistema hídrico Yuna-Camú, la presa Rincón que riegan 122,000 tareas, principalmente sembrada de arroz,  y afectará la salud de la población”.

En esta semana el Ministerio de Medio Ambiente negó el permiso de explotación de Loma Miranda. Enhorabuena por ello!  Ahora bien, hay que estar alertas porque el Ministerio establece que esa negativa es “hasta tanto las condiciones socio-económicas y ambientales y las tecnologías de explotación minera garanticen una explotación sostenible”, dejando con esto una brecha a Falcondo Xstrata Nickel, que ya ha dicho públicamente: “que está abierta a incorporar nuevos estudios y a hacer los ajustes necesarios que permitan demostrar la capacidad técnica y el compromiso social de la empresa”.

En este país los dominicanos y dominicanas no podemos bajar la guardia ni dormirnos, pues con una decisión como ésta, condicionada, en cualquier momento, aprovechado un fin de semana festivo con “puente”, mientras estamos aletargados, fácilmente nos sorprendemos viendo en la prensa que han dictado una resolución aprobando la explotación de Loma Miranda y expresando que de acuerdo a los ajustes hechos por la empresa, se cumplen los requisitos para llevar a cabo el propósito antes aludido, que implicaría la destrucción de una zona crucial para la vida del país.

Tal y como expresan los ambientalistas, la Academia de Ciencias de la República Dominicana y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el reclamo no debe parar hasta que se logre que el Congreso Nacional declare a Loma Miranda “Área Protegida”. Sólo esto podría salvarla. Ya hay un proyecto de ley que cursa en el Senado de la República y que es de la autoría del senador Euclides Sánchez.

Esa es una decisión crucial para el futuro de la vida de muchas regiones del país, por tanto es necesario que el gobierno resista la tentación de cambiar Loma Miranda por el dinero que pueda representar su explotación.

El gobierno debe resistir el chantaje de cualquiera empresa, pues cualquier beneficio económico derivado de la explotación de esta zona es coyuntural y no compensará, nunca, el daño irreversible a nuestro medio ambiente.

Tenemos como nación que unificarnos para no dejarnos chantajear por transnacionales cuyo único interés es su beneficio económico inmediato y que no les importa depredar nuestro patrimonio natural y las consecuencias que ello traería para nuestra nación, en el presente y en el futuro. Quien no pueda preservar nuestro medio ambiente, que se vaya y los que pretendan venir a los mismos fines, que no vengan.

Tenemos que evitar a toda costa que Loma Miranda sea explotada. Tenemos que evitar a toda costa que Loma Miranda sea un nuevo Pueblo Viejo, Cotuí. No podemos permitir que se repita la tragedia que está escenificando la Barrick Gold.