SUSANA VERAS
SANTIAGO.- Con motivo de la inauguración del nuevo espacio cultural de la Alianza Francesa, fue inaugurada en  la Sala Juan Clemente la muestra arqueológica y de artesanía dominicana “Raíces ancestrales y alas”.

El acto de apertura estuvo encabezado por la embajadora de Francia Cecile Pozzo di Borgo y Federico Villamil, presidente de la Alianza Francesa, así como por Jean Clemant, motivador y patrocinador del nuevo salón multiusos.

Las piezas exhibidas pertenecen a diversos coleccionistas privados, por lo que muchos de los objetos son poco conocidos por el público. Entre éstos se destacan las colecciones de César Estrella Bruzzo, Adriano Rivera, Rene Le Capelain, José Manssur y la Colección Museo Taíno de la Zona Colonial, Santo Domingo.

“Raíces ancestrales y alas” incluye en su ficha técnica los trabajos de curaduría de la arqueóloga e investigadora Alexa Voss, la ilustración de José Martínez, la fotografía de arte rupestre de Daniel Duvall, así como de los artistas plásticos Pedro Méndez y Alberto Samboy. La artesanía fue facilitada por los Hermanos Guillén.

“Estamos hoy en Santiago para  celebrar dos hechos importantes: el primero, la apertura de un nuevo espacio para la difusión del arte y la cultura, con la inauguración de un nuevo salón pensado y apadrinado por Jean Clement, con el cual se pretende promover el intercambio entre la cultura francesa y dominicana,  así como por la presentación de una exposición de arqueología y artesanía  que despertó gran interés en Santo Domingo y que está dedicada a valorar las artes y la cultura taína y dar una imagen de su integración en  la artesanía dominicana” dijo la diplomática.

Por otra parte el presidente de la Alianza Francesa  agradeció la donación de  Clement y dijo que el salón servirá  para difundir el pensamiento francés.

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Las piezas

Entre las piezas exhibidas se destacan un cuello de potiza con una representación antropomorfa y fálica del Sitio de Ceiba quemada; fragmento de un cuello de vaso, representación de un rostro con cuencas oculares grandes y vacías, cuchara tallada a partir de una costilla de un manatí para uso ceremonial, dos espátulas vómicas elaboradas en hueso, un cráneo humano, un rostro de metal, representación de Dios de la Cohoba con plato en la cabeza utilizado para colocar el polvo alucinógeno que  inhalaban en las ceremonias mágico-religiosas, así como una réplica de un trigonolito representando a Yucahu Vagua Maorokoti, dios de la fertilidad y el espíritu de la yuca y del mar Señor Yucador, sembrado en las conucos de yuca, alimento importante de los taínos.