Exportaciones dominicanas

Exportaciones dominicanas

Interesado en coadyuvar al crecimiento económico de una deprimida región del país, intenté promover sus productos con algunas industrias nacionales. Supe entonces que importamos jugos concentrados de frutas que se producen aquí. Incrédulo, realicé varias consultas. ¿Cuál razón nos conduce a consumir los juegos de frutas tropicales sembradas y cosechadas en otros lugares, en vez de aprovechar las de aquí? Las respuestas fueron variadas. Todas se relacionan con los esquemas de producción. Y con los costos.

Con la excepción de la viticultura, concentrada en la Provincia Baoruco, los cítricos en varios lugares y la caña de azúcar, carecemos de cultivos organizados. Hasta que no vino la Dole, de California, como se recordará, no fuimos capaces de tener terrenos dedicados al cultivo de piñas. Hay sembradíos organizados de frutas introducidas, provenientes de climas menos cálidos. Es el caso de las manzanas sembradas en la zona montañosa central del país, entre San José de Ocoa y Constanza. Otras frutas de antiguo introducidas, como el mango, son cultivadas en predios con sentido comercial.

En cambio, el país carece de fincas de caimitos, peras criollas, guanábanas, cerezas, uvas de playa, mamones, nísperos, carambolas, cajuiles, entre otras.

Ramón Colombo parece que tumbó muchas manzanas de oro en su pubertad. Hoy, cuando los años lo inclinan a una concentrada alopecia de otoño, se ha dedicado a promover su siembra. Lleva a cabo reuniones de aquellos que se han entregado a este cultivo y se identifican como grupo. La meta, por cierto, es darle a la manzana de oro el valor de mercado otorgado por los brasileños a la parcha. Muchas otras frutas necesitan iniciativas como estas. También requieren el impulso del Estado, habitualmente ausente.

Previo estudio de suelos, muchas tierras de vocación boscosa pueden ser aprovechadas para la siembra de árboles frutales olvidados. Don Manuel Arsenio Ureña dedicó terrenos fronterizos de la provincia de Dajabón al cultivo de una fruta seca introducida. Es la macadamia. ¿Por qué no dedicar idéntico esfuerzo a la semilla del cajuil, árbol que llamó la atención de los descubridores, debido a su especial configuración? La masa puede ser aprovechada para jugos y frutas en conserva y la semilla para tostar como fruta seca.

El país debe someterse a un proceso de reingeniería. Nunca podremos competir con las economías de mayor desarrollo relativo produciendo vehículos terrestres o aéreos. En cambio, podemos dedicarnos a la producción hortícola y frutal. Y a la transformación de los productos primarios logrados en este esfuerzo de la ruralidad. ¿Por qué no dedicarnos a la producción de concentrados del jugo de frutas auténticamente locales, para su exportación? 

Porque resulta pesaroso que importemos concentrados de frutas, en vez de generar monedas fuertes exportando éstos y otros productos. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas