¿Exportar para qué? La necesidad de re-dimensionar

¿Exportar para qué? La necesidad de re-dimensionar

Vladimir Pimentel

Por: Vladimir Pimentel 

La dinámica que vive República Dominicana y el resto del mundo, en un mundo post-pandemia, la velocidad en la gestión de negocios y el salto acelerado que debemos dar, nos obligan a una mayor comprensión y a redimensionamiento de la relevancia de las exportaciones, vistas estas como fuente fundamental para alcanzar mayor prosperidad.

A estos fines, la experiencia nos ha ido mostrando que el entender el para qué de las cosas, nos encaminan por senderos de compromiso, apropiación y de mayor involucramiento por parte de los diferentes actores relacionados.

Por lo anterior, hemos expresado reiteradas veces y es un tema que no tiene espacios para discusión, el que nuestra economía está llamada a abrazar la actividad exportadora, partiendo de que somos una economía pequeña en: territorio, PIB, población, entre otras, cuando nos comparamos con la mayoría de las economías del mundo. Esta es una restricción básica para lograr un crecimiento acelerado.

La doble vía exportadora

Las exportaciones y su relevancia, tiene un efecto positivo en doble vía:

  1. La medición del resultado del proceso exportador como beneficio terminal, medido por el valor o volumen de las exportaciones; el número de mercados alcanzados y la consistencia; la cantidad de productos o sectores; el valor unitario del producto exportado, el nivel tecnológico, entre otros.
  • El beneficio del proceso exportador en sí mismo, que promueve el desarrollo de un ecosistema, el cual debe ser visto como un espacio de interconexiones entre lo público-privado, científico-técnico, negocios-sociedad, nacional-internacional, etc. Esto al tiempo que desarrollamos esa cultura exportadora, que en el mediano y largo plazo nos garantizará sostenibilidad y elevar las capacidades de cambio o transformación en un mundo dinámico, cada vez más complejo y más diverso.

Más que la tríada histórica

Tradicionalmente los especialistas, los gobiernos, los organismos internacionales y los relacionados con el sector, destacan la importancia de las exportaciones de bienes y servicios para: i) la generación de divisas, ii) aumentar el nivel de empleo y iii) mejorar la calidad de vida.

Lea: Neuroderecho: nuevo derecho humano a proteger

No obstante, el fomento a las exportaciones es más que eso, es la generación de oportunidades para que los dominicanos y las dominicanas cuenten con un ingreso digno, que les garantice un consumo seguro y que a su vez facilite contar con niveles de ahorro para su sostenibilidad y capacidad de respuestas en un mayor horizonte de tiempo. Está demostrado que el tipo de puesto de trabajo en el sector exportador tiende a ser de mayor calidad en múltiples dimensiones.

Las exportaciones y ese ecosistema promueven y aceleran los emprendimientos, al presionar las empresas existentes o nuevas a transformar su mirada, a adaptarse a la competencia, al tiempo que se amplían las oportunidades en nuevos mercados, para nuevos consumidores, con nuevas demandas y especialmente cambiantes.

Exportar es más crecimiento económico, la actividad exportadora genera un efecto multiplicador a nivel del consumo, el gasto público y la inversión privada como agregados que miden el producto interno bruno de una economía.  

Fomentar las exportaciones es un esfuerzo que signa la transformación del modelo de crecimiento, obligando a elevar la dotación de factores, para mejorar la producción, la obligada mejora de la productividad y elevar la competitividad.

¡Exportar es conquistar mercados!

La generación de un real dinamismo exportador ofrece la ampliación de mercados para las empresas en un territorio, conllevando a mayores oportunidades y posibilidades de llegar a nuevos mercados, partiendo de los límites relativos del mercado de origen, y los requerimientos en el mercado de destino.

Adicionalmente, garantiza la diversificación con lo que se reducen riesgos y acentúa las capacidades de resiliencia y de riesgos. Por otra parte, ofrece la posibilidad de extensión del ciclo de vida del producto, ensanchando o agregando más tiempo a la duración del producto en el mercado, que ya no solo será el local.

Finalmente, las economías de escala y de alcance, que permiten producir en mayor volumen y aprovechamiento productivo y reducir costos, así como elevar la eficiencia, eficacia y efectividad en la producción para más exportaciones.

Twitter del autor: @Vladimircpf