Expresidente de Sri Lanka busca regresar al poder en elecciones legislativas

Expresidente de Sri Lanka busca regresar al poder en elecciones legislativas

COLOMBO. El expresidente de Sri Lanka Mahinda Rajapakse intenta un espectacular regreso político en las elecciones legislativas del próximo lunes, con la ambición de volver a ocupar el sillón presidencial que perdió en enero pasado.

Su sucesor en el cargo, Maithripala Sirisena, se comprometió a frustrar las ambiciones de su otrora mentor para hacerse con el cargo de primer ministro, máximo cuando la esposa de Rajapakse y muchos de sus allegados se enfrentan a acusaciones de corrupción.

Pero el carismático exlíder esrilanqués quiere aprovechar la afluencia masiva de gente en sus mítines para impulsar un improbable regreso al poder.

«Me vi obligado a volver a la política, porque el gobierno está arruinando las cosas», dijo el político de 69 años durante uno de sus últimos discursos antes de los comicios del lunes, en los que se eligen a los 225 diputados del parlamento nacional.

Rajapakse gobernó Sri Lanka durante casi una década, convirtiéndose en uno de los gobernantes más veteranos del sur de Asia antes de su sorpresiva derrota frente a Sirisena en la elección presidencial del 8 de enero.

El actual jefe de Estado había sido el secretario general del partido de Rajapakse, la Alianza para la Libertad del Pueblo Unido (UPFA, por sus siglas en inglés), y ministro de Salud antes de lanzarse a la carrera presidencial.
Rajapakse es muy popular entre amplios sectores de la mayoritaria comunidad cingalesa, tras su victoria militar ante los separatistas Tigres tamiles en 2009. Pero también es vilipendiado por muchos tamiles, quienes votaron en masa por Sirisena en enero después de boicotear las elecciones anteriores.

Los analistas dicen que la fuerte personalidad de Rajapakse socavará sus posibilidades de formar un gobierno de coalición, sobre todo porque el futuro primer ministro necesitará probablemente el respaldo de los grupos minoritarios para lograr la mayoría. Para los musulmanes y los tamiles, Rajapakse «es la personificación del terrorismo de Estado», dijo a la AFP Charu Latta Hogg, del grupo de análisis Chatham House de Londres.

Aunque Sirisena es ahora el líder de la UPFA, su reciente llamado a los electores a «proteger la revolución silenciosa del 8 de enero» se interpretó como un llamamiento a votar por el Partido de la Unidad Nacional, del primer ministro saliente Ranil Wickremesinghe. Para los opositores de Rajapakse, el expresidente busca asegurarse la inmunidad parlamentaria ante eventuales acciones judiciales contra él en el futuro.
«Si se encuentra en una posición de poder, puede defenderse mejor, él y su familia, de las acusaciones de corrupción», aseguró Hogg. Los gobiernos occidentales rechazaron a Rajapakse por el brutal fin de los conflictos étnicos en la isla, que generó llamados a investigar eventuales crímenes de guerra. Naciones Unidas dice que unos 40.000 civiles tamiles murieron en los últimos episodios de la guerra, una de las más sangrientas de la era poscolonial en Asia.

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