LIMA. — El expresidente peruano Alberto Fujimori cuestionó la detención de su hija Keiko, líder del partido opositor que domina el Parlamento, mientras ella es investigada por lavar supuestamente dinero sucio de la constructora brasileña Odebrecht.
En un audio difundido el sábado en su cuenta oficial de Twitter, el expresidente dijo que Keiko Fujimori “siempre ha colaborado con la justicia, no existe ninguna razón para que la alejen de mis nietas de esta manera”.
Un 71% de peruanos cree que está justificada la detención de Keiko Fujimori, de acuerdo a una encuesta publicada el sábado por el diario peruano El Comercio. Solo el 21% cree que es injustificada su detención y el restante 8% no precisó su postura. El sondeo a nivel nacional se basó en las respuestas de 1.041 peruanos entre el jueves y viernes y tiene un margen de error de más/menos 3 puntos porcentuales.
Keiko, de 43 años y madre de dos niñas, fue detenida el miércoles de forma preliminar durante 10 días mediante una orden judicial solicitada por el fiscal José Domingo Pérez, quien argumenta que el partido de Fujimori recibió 1,2 millones de dólares de Odebrecht.
Pérez la acusa de haber usado varios métodos para ocultar su procedencia durante su campaña presidencial de 2011. Keiko perdió las elecciones en 2011 ante Ollanta Humala.
“No he sentido dolor más grande en toda mi vida que ver a mi hija siendo detenida y llevada a prisión”, aseguró Alberto Fujimori. El fiscal Pérez sostiene que Keiko dirige un grupo de la delincuencia organizada dentro del partido fujimorista, cuyo objetivo era “obtener poder político” recibiendo “aportes ilícitos”.
Según una copia de la orden de detención emitida por el juez Richard Concepción y vista por la AP, el fiscal del caso indica que el mayor ejecutivo de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, admitió ante la fiscalía peruana que la constructora otorgó la cantidad millonaria al partido de Fujimori.
El juez que envió a prisión a Fujimori también ordenó en 2017 un año y medio de cárcel para el expresidente Ollanta Humala (2011-2016) y su esposa, así como la captura del exmandatario Alejandro Toledo (2001-2006) quien se encuentra en Estados Unidos. Estos tres últimos casos también están ligados a presunta corrupción relacionados con Odebrecht.
El expresidente de 80 años está internado en una clínica de Lima mientras se recupera de una dolencia para luego retornar a una cárcel a cumplir su condena de 25 años de prisión por el asesinato de 25 peruanos durante su gobierno (1990-2000). El indulto humanitario que lo había dejado libre a fines de 2017 fue anulado la semana pasada por la justicia peruana.