Expresiones de profundo dolor en misa de Orlando Jorge Mera

La misa de cuerpo presente oficiada en la Parroquia San Miguel Arcángel del Palacio Nacional, por la trágica muerte del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, fue la expresión más dura del dolor del silencio, de ese que golpea las emociones cuando la partida es inminente, cuando el fin llega.

Los familiares y funcionarios del Gobierno que asistieron al oficio religioso apenas se miraban, acaso porque todavía no salían del asombro y no procesaban que Jorge Mera fue asesinado la mañana del lunes, en su despacho, por un amigo de infancia identificado como Miguel Cruz, y quien se entregó a las autoridades tras cometer el hecho.

Aunque la misa solo fue transmitida vía plataformas digitales, sin el acceso directo de los medios de comunicación, las imágenes presentadas recogían el peso de la desolación por la muerte de Orlando, sobre todo, en los rostros de su esposa, Patricia Villegas, de sus hijos Orlando Salvador y Patricia Victoria, y de su hermana Dilia Leticia Jorge Mera.

Riesgos de función pública

Finalizada la liturgia, alrededor de la 1:30 de la tarde, el presidente Luis Abinader pronunció unas palabras de condolencias a los familiares y amigos de su compañero de partido y de infancia.

Resaltó sus méritos personales y políticos, y los peligros que enfrentan los funcionarios públicos que actúan con estricto apego a la ley. “Esta tragedia nos dice y nos define que ser funcionario público no es un premio, sino, que es un gran compromiso con muchos retos y muchos peligros”, dijo.

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A seguidas, agregó: “Y solamente la pasión de servir con justicia, con transparencia, romper los viejos esquemas, es lo que nos lleva a nosotros a resistir y a continuar administrando como el pueblo requiere, y como las circunstancias nos obligan”.

“Orlando asumió y cumplió con ese cambio en su forma y en su administración. Es inevitable para todos nosotros aceptar este hecho, pero, tenemos también que buscar la fortaleza para continuar, que es lo que él nos hubiese pedido”, refirió Abinader visiblemente compungido.

El Presidente resaltó la actitud asumida por la familia de Jorge Mera que, por tener profundas creencias católicas, perdonó al homicida.

“En mi caso, yo espero que Dios lo perdone. Pero sí, nosotros tenemos que continuar con nuestra responsabilidad ejerciendo el Gobierno con fortaleza, transparencia, eficiencia, pero advirtiendo también que estos cambios que se han dado conllevan muchos retos y peligros, a los que Orlando nunca les temió”.

Vivía su mejor momento

Luego de las palabras del presidente Abinader, Orlando Salvador Jorge Villegas agradeció a los asistentes y a todos los amigos de su familia el apoyo y la solidaridad brindadas en tan difícil momento.

“En nombre de la familia Jorge Villegas, queremos darles las gracias por las muestras de solidaridad, el afecto que hemos recibido en el momento más difícil de nuestra vida, la partida a destiempo de nuestro padre, Orlando Jorge Mera. Han sido muchos los mensajes, llamadas, y todos han resaltado la extraordinaria persona que fue en vida, quien lo entregó todo por su país, todo, absolutamente todo”.

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“Nosotros sabemos que nuestro padre pasó a un mejor lugar; estaba, señor Presidente, en el mejor momento de su vida, porque estaba sirviendo desde un lugar que lo cogió como si hubiese nacido ahí”.

“Estaba entregado en cuerpo y alma a su función pública. Hoy nos deja, pero su legado continua, no solamente en su familia, sino, en todos ustedes que son sus amigos y batallaron con él en momentos difíciles”, dijo el diputado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Apela a la sabiduría

La misa de cuerpo presente fue oficiada por el sacerdote Franklyn Rodríguez, quien pidió a los familiares de Orlando Jorge Mera que se apropien de la fe para enfrentar la situación que les afecta.

“La sabiduría nos enseña que podemos estar afligidos ante la muerte, inseguros, pero que el Señor está a nuestro lado”.

“Somos inmortales, don Orlando no dejó de existir, él pasó una vida, y nosotros rezamos y pedimos para que sea una vida mejor, una vida en la que el Señor lo acoja en su seno y le dé una vida mejor”, dijo el sacerdote.

Asimismo, expresó que Dios pone a prueba a sus hijos, pero, en esas dificultades y sufrimientos, el alma se va purificando.

De manera que, los que confían en Él, comprenderán la verdad, expresó.