El ex primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, derrocado en el golpe de Estado de 2021, urgió hoy al Ejército y al poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) que cesen los combates “de forma inmediata”, y aseguró que “la guerra en Sudán significa la guerra en la región».
“Una bala no diferencia entre agresor y no agresor. Las víctimas son los sudaneses”, dijo Hamdok, que se dirigió en un vídeo publicado en su cuenta de Twitter al Abdelfatah al Burhan, líder de las Fuerzas Armadas, y al jefe de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, ambos artífices de la asonada que depuso al Gobierno del ex primer ministro hace dos años.
Hamdok urgió a “detener las balas de forma inmediata y a escuchar la voz de la razón”, puesto que “la pérdida será de todos” y no habrá “un ganador sobre los cadáveres” de los sudaneses.
Asimismo, apeló a la unidad del pueblo sudanés, al que pidió que siga “rechazando la guerra”, mientras que instó a la comunidad internacional a que “haga su deber al respecto” para calmar a “las partes beligerantes».
“Una solución pacífica todavía es posible”, aseguró Hamdok.
Las FAR acusaron esta mañana al Ejército sudanés de lanzar una acción contra una de sus bases en lo que calificó como “brutal ataque”, mientras que las Fuerzas Armadas aseguraron que lo realizaron en respuesta a una acción que las FAR habían llevado a cabo previamente en Jartum.
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Ese fue el detonante para los combates que se han extendido en Jartum y otras ciudades y, hasta el momento, tres civiles han perdido la vida como resultado de tiroteos, según el Comité de Médicos de Sudán, mientras que “decenas” han resultado heridos de diferente gravedad.
Las FAR avanzaron esta mañana y dijeron que habían controlado puntos importantes del país, como el Palacio Presidencial, un extremo que el Al Burhan ha negado.
Pero el inicial progreso de las FAR se ha ralentizado después de que las Fuerzas Aéreas sudanesas comenzaran a bombardear las posiciones de los paramilitares en Sudán.
Ante esta escalada del conflicto, Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros, han exigido el cese inmediato de las hostilidades entre ambas partes, que tienen lugar en medio de conversaciones para alcanzar un acuerdo político que ponga fin al golpe de Estado de 2021 e instaure un Gobierno civil.
Tanto Al Burhan como Dagalo se han acusado mutuamente de los ataques y han asegurado que sus unidades no pararán de combatir hasta que el rival se rinda.
Estos enfrentamientos se producen dos días después de que el Ejército advirtiera de que el país está atravesando una “coyuntura peligrosa” que puede llevar al conflicto armado, después de que se “movilizaran” unidades de las FAR en la capital sudanesa y otras ciudades sin el consentimiento o coordinación de las Fuerzas Armadas.
Las tensiones llegaron a niveles máximos tras conversaciones para integrar a las FAR dentro del Ejército, el principal escollo en las negociaciones para iniciar una transición democrática en el país africano que se ha visto interrumpida completamente con el estallido del conflicto.