En 1979, el presidente Antonio Guzmán Fernández, mediante decreto, creó la Compañía Lírica Nacional, iniciativa del tenor Arístides Inchaustegui, quien sería su primer director.
Los años han pasado, la compañía campeando los tiempos, se ha mantenido, y para celebrar el 45 aniversario de creada, presentó un exquisito concierto en la Sala Máximo Avilés Blonda de Bellas Artes, acompañada por la Orquesta Sinfónica Juan Pablo Duarte, del Conservatorio Nacional de Música, bajo la dirección de José Luis Ureña.
Un aniversario de tantos años es digno de celebración y qué mejor manera de iniciar este momento con “Libiamo, ne´liete Calici”, el famoso “Brindis” en tiempo de vals, del primer acto de la ópera “La Traviata”, de Giuseppe Verdi.
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Este famoso dueto, uno de los fragmentos operísticos más conocidos, es interpretado por todos los integrantes de la compañía, que levantan sus copas, emocionan con sus voces y motivan al público que se une simbólicamente a este brindis, con sus calurosos y emotivos aplausos.
Luego del festivo introito, una melancólica melodía, la más extraordinaria canción del compositor Gustav Mahler, “Ich bin der Welt, abhanden gekhommen” -He desaparecido del mundo- es interpretada por el barítono Eduardo Mejía, con voz expresiva y cálido timbre.
De la melancolía pasamos a la alegría de un día soleado, escuchamos la famosísima canción de Eduardo di Capua “O Sole mio”, en la exquisita voz de amplios y bellísimos agudos, de nuestro gran tenor Otilio Castro.
En alas de la música llegamos a tierras andaluzas de la mano del compositor Agustín Lara, con su célebre canción “Granada”, de estilo operístico, interpretada por el tenor Modesto Acosta, de gran belleza vocal.
Continuando en las tierras de España, de la zarzuela “El gato montés”, de Rafael Penella, nos deleitamos con el hermoso dúo del segundo acto “Valla una tarde bonita”, de Rafael y Soleá, que une en una sensualidad atrayente las voces hermosas y bien acopladas de la soprano Belkys Hernández y del tenor Juan Tomás Reyes.
De la zarzuela “Luisa Fernanda”, de Federico Moreno Torroba, escuchamos la romanza del personaje Javier Moreno, “Desde este apacible rincón de Madrid”, en la hermosa voz del tenor Emmanuel Vargas.
Retrocedemos en el tiempo, de la ópera bufa “Le Nozze di Figaro”, de Wolfgang Amadeus Mozart, una encantadora Condesa Almaviva, canta el aria “Dove Sono i Bei Momenti” -Donde están los buenos momentos-, la bella voz y la elocuencia facial de la soprano Pura Tyson, transmiten la emoción e indignación de este personaje.
Uno de los momentos operísticos más famosos e interpretados por las grandes voces, es el aria del tercer acto “Nessun Dorma” -Que nadie duerma- de la ópera “Turandot” de Giacomo Puccini. Con tantas referencias, es difícil sorprendernos; sin embargo, el tenor Juan Cuevas sí lo logró, con una nota final sostenida, “Vincero”.
La soprano Paola González, con voz brillante que se decanta en los agudos, cautiva con el vals “Je Veux Vivre” -Quiero vivir- aria de Julieta, de la ópera de Charles Gounod “Romeo y Julieta”.
Al ritmo de la romántica y trágica habanera “L´Amour et un Oiseau Rebele” -El amor es un pájaro rebelde- de la ópera “Carmen” de Georges Bizet, los pretendientes de la famosa gitana, descienden desde la platea con un ramo de flores, que ella rechaza. El histrionismo de la mezzo-soprano, Glenmer Pérez se desborda, su voz fuerte, hermosa, conquista al público y guarda un ramo de flores… para su amado.
Los tenores de la Compañía se unen en un exquisito vuelo, interpretando la bella melodía de Francesco Sartori, “Por ti volaré. El vuelo continúa y llega a nuestra tierra, la soprano Vivian Lovelace canta el bolero “Darte”, de Manuel Troncoso y Pedro Pablo Reyes “Dulce serenidad”, de Luis Rivera.
Finalmente, la Compañía toda une sus voces y en un canto de esperanza canta “Por amor”, de Rafael Solano y “Amor profundo”, de Julio Alberto Hernández, pasados directores y miembros de la organización, se unen a este entrañable final: Ondina Matos, Gladys Pérez, Frank Lendor y su actual directora, Antonia María Chabebe. Un público entusiasta brindó calurosos aplausos a los intérprete en sus respectivos momentos, a la Orquesta Juan Pablo Duarte y a su director, José Luis Ureña, por el excelente acompañamiento. Felicitaciones y que continúe su senda luminosa nuestra Compañía Lírica Nacional.