San Pedro de Macorís se caracteriza en tener una urbe con edificaciones de inicios del siglo XX, cuyos frentes poseen un específico aspecto estructural con detalles muy singulares.
Así, siguiendo la trayectoria por sus calles llego hasta la Hermanas Mirabal con la esquina Laureano Santos, donde encuentro uno de estos curiosos inmuebles. En esta ocasión se trata de un edificio histórico construido en el 1924 para instalar el colegio San Benito Abad, y considerado como uno de los patrimonios culturales de San Pedro. Una de las principales curiosidades de esta edificación de dos niveles consiste en su extensa fachada, cuyos laterales sobresalen un poco hacia delante.
Ambos niveles están ocupados por 15 ventanales arqueados; al centro tienen una puerta de entrada con arcos de medio punto que presentan un marco con un grueso doble borde y su curva encierra unos curiosos tragaluces de creación única en las edificaciones de la ciudad. Éstos están encerrados en cada arco, y lateralmente tienen una doble moldura curvada que deja el hueco por donde entra la luz al inmueble. Al medio tiene un largo cuerpo vertical cruzado al centro por otra barra que las separa. Todas presentan una pared en la que centralmente se puede percibir un doble cuerpo rectangular sobresaliente verticalmente ahuecado y terminado con la parte de un trilobulado, cuya parte superior está formada por dobles soportes de concreto que sostienen parte de una hilera de dentículos, adornos de pequeños repetidos formando dientes estructurales, los cuales están debajo de los ventanales del segundo nivel.
Ese detalle se repite en el friso situado también debajo de la cornisa, que es como llamamos a la moldura saliente y horizontal en la cual culmina el edificio.
En cambio, en el primer nivel, lo que divide los ventanales al centro es la puerta de acceso, a cuyo lado se contempla una columna dórica. En la parte superior se visualiza un alto borde curvado donde está escrito, en grueso alto relieve, Colegio San Benito Abad y el año en que se construyó, 1924.