Hoy 
La muerte de miles de peces y otras especies de la fauna marina en la playa La Garita, en Sánchez, Samaná, merece una investigación exhaustiva y la adopción de medidas para evitar la repetición de este exterminio.
Hay testimonios que atribuyen las muertes a malas prácticas de pescadores, que se valen de redes que atrapan de todo sin discriminar tamaño. El paso siguiente es simplemente echar por la borda lo que no califique para ser vendido o consumido.
Pero la cantidad de especies muertas deja abierta la posibilidad de un envenenamiento masivo que, inclusive, podría llegar a ser riesgoso para los bañistas.
Llama la atención el hecho de que haya habido voces que hayan querido presentar como exageración del síndico de Sánchez la denuncia sobre el exterminio de peces. La foto de portada de la edición de ayer de este periódico expone de manera elocuente la magnitud del exterminio.
A propósito de esta ocurrencia, sería útil que las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente, así como del Departamento de Caza y Pesca de la Secretaría de Agricultura, inspeccionen más a menudo los procedimientos de pesca que utilizan nuestros pescadores.
En muchas partes se están empleando redes de características prohibidas, como los denominados tramayos, chinchorros o licuadoras, lo que conduce a exterminio abundante de peces en todas nuestras costas. Esperemos resultados.
La mejor salida
Las autoridades sanitarias y de Industria y Comercio han tomado una medida correcta al prohibir que panaderos y reposteros añadan por su cuenta bromato de potasio en la elaboración de alimentos de harina de trigo.
En las proporciones permitidas por la FAO y otras agencias internacionales, el bromato de potasio se evapora durante la cocción y son mínimos, por no decir que inexistentes, los riesgos de que vaya al organismo humano.
Lamentablemente, nuestro libertinaje y falta de controles en materia de alimentos aconseja, para evitar riesgos, que se prohíba radicalmente que panaderos y reposteros usen por la libre esta sustancia.
Dos frentes
El posicionamiento de China, India y Vietnam en el mercado de textiles de los Estados Unidos ha colocado nuestras zonas francas de esta especialidad en serias dificultades y ha causado miles de despidos.
Ahora, aparte de esa presencia asiática, el Gobierno de Estados Unidos amenaza con gravar los productos de tabaco y esto ciertamente pone en riesgo nuestra industria tabaquera y tabacalera.
Durante su gira por Estados Unidos, el Presidente Leonel Fernández agota esfuerzos tratando de lograr una reactivación de nuestra industria textil, y salvar así miles de plazas de trabajo. También pretende convencer a las autoridades estadounidenses para que desistan de gravar los productos del tabaco.
Se trata de dos frentes en los que hay que batirse con ingenio para tratar de lograr que funcione la reciprocidad de trato que siempre se alude a la hora de tocar el tema de las relaciones bilaterales y la alianza comercial.
Le deseamos éxito, señor Presidente.
