MADRID. AFP. Meticuloso, calculador y dispuesto a todo para escapar a la cárcel, así describen quienes lo conocen a Luis Bárcenas, el extesorero del conservador Partido Popular que, acusado de corrupción, amenaza con arrastrar a la formación que gobierna España.  

Pese a estar imputado desde 2009 en una trama corrupta conocida como ‘Gürtel’ que salpica a altos cargos de la derecha española, el que fue tesorero del PP hasta ese año y su gerente de 1990 a 2008 era casi un desconocido cuando en enero estalló el ‘Barcenasgate’.

  Ahora, ya sea haciendo un gesto grosero con el dedo medio alzado o perseguido por los periodistas a la salida de su domicilio madrileño, este hombre de 55 años, complexión fuerte, amplias patillas plateadas, mirada vivaz y trajes impecables, ocupa las portadas y pantallas del país.

 Todo desde que el diario conservador El Mundo aseguró, citando a «cinco fuentes solventes» del partido, que durante años pagó sobresueldos en dinero negro a dirigentes de la formación presidida por el jefe del gobierno Mariano Rajoy.   Poco después El País publicó unas anotaciones manuscritas, bautizadas «los papeles de Bárcenas», que señalaba entre los receptores de dichos fondos al propio Rajoy, quien habría cobrado hasta 25.000 euros anuales entre 1997 y 2008.