Por lo cerradas que fueron en el plano presidencial las primarias abiertas del Partido de la Liberación Dominicana, son legítimos, comprensivos y hasta justos los reclamos de revisión formulados por el Dr. Leonel Fernández, que a nuestro juicio moralmente obtuvo la victoria, aunque en términos de votos el ganador fue Gonzalo Castillo.
Pero de ahí a poner en tela de juicio o insinuar supuestas irregularidades de una Junta Central Electoral que superó con creces las expectativas y llevó a cabo un proceso ejemplar, donde se puso a prueba exitosamente el llamado voto automatizado, es una iniquidad, y por ello de manera enérgica y responsable el magistrado Roberto Saladín solicitó respeto por el extraordinario trabajo de todo el personal de esa institución.
Si no hubiera sido por el margen tan estrecho de alrededor de 26 mil votos entre Gonzalo Castillo y Leonel Fernández de seguro que las cosas fueran diferentes, pero por ¡Dios! La Junta Central Electoral no es responsable de eso, pues lo único que ha hecho es contar escrupulosamente los votos sin ponerle ni quitarle sufragios a ningún precandidato.
Cuando los ánimos, las tensiones, pasiones y canibalismo se calmen, y ojalá que así sea, habrá que reconocer que la Junta Central Electoral, presidida por el Dr. Julio César Castaños Guzmán e integrada por Roberto Saladín, Carmen Imbert Brugal, Henry Mejía Oviedo y Rosario Graciano de los Santos, lograron una verdadera hazaña en este complicado proceso de primarias.
El Pleno del JCE en aras de despejar dudas decidió contar manualmente el ciento por ciento de los votos a nivel presidencial.