Eyaculación precoz, minutos que valen oro

Eyaculación precoz, minutos que valen oro

Entre los problemas sexuales del varón, los más comunes son la disfunción eréctil (hasta hace unos años llamada impotencia) y la eyaculación precoz, un mal poco estudiado pero que alcanza a un gran número de varones insatisfechos con su rendimiento sexual.

Científicamente no existe un acuerdo sobre cuánto tiempo debe demorar un hombre para eyacular después de haber iniciado el coito.

En la práctica los especialistas han establecido sus propios tiempos: algunos creen que el tiempo mínimo debe ser entre dos o tres minutos. Si se eyacula antes entonces existe eyaculación precoz. En cambio otros consideran que el problema está en función de la satisfacción de la mujer.

CAUSAS ORGÁNICAS

Hasta hace unos años se pensaba que la eyaculación precoz respondía más a causas psíquicas, pero actualmente cada vez más especialistas consideran que se debe a algún problema orgánico.

Hay diversas formas clínicas de eyaculación precoz: la menos grave y más fácil de tratar es aquella en la que la eyaculación se produce después de un minuto y medio o dos minutos. En el otro extremo está la eyaculación que se produce antes de la introducción del pene en la vagina, o casos severos donde aparece antes de iniciar los juegos amatorios.

La eyaculación precoz generalmente ocasiona problemas de inseguridad y una vida sexual deficiente y no es extraño que los varones afectados deriven más tarde en una disfunción eréctil (impotencia).

UN EJERCICIO PRÁCTICO

Como el proceso eyaculatorio es algo condicionado se han desarrollado diversos tratamientos exitosos.

Existe un ejercicio sencillo y efectivo que el propio paciente puede realizar, consiguiendo elevar el umbral del reflejo eyaculatorio.

Primero hay que tener en cuenta que la eyaculación tiene dos tiempos bien definidos: cuando aparece la sensación de eyacular y cuando la salida del semen es inminente. El ejercicio está centrado básicamente en la primera etapa (cuando aparece la sensación de eyacular).

El paciente empieza a masturbarse y cuando percibe la sensación de eyacular debe presionar con el dedo pulgar e índice el surco que divide la cabeza o glande con el tallo del pene.

Presionando esa zona mientras se respira profundamente se frena la eyaculación y se baja la erección. Luego vuelve a repetir el ejercicio, realizándolo tantas veces como sea posible hasta que ya no puede frenar la eyaculación.

Este ejercicio permite extender el tiempo de eyaculación. Después de cuatro semanas el paciente puede alcanzar tiempos de diez o quince minutos; pero, es importante no desmoralizarse si en los primeros días no surte efecto. En cualquier caso, se recomienda buscar ayuda profesional.

ROL DE LA PAREJA

Después de estos ejercicios en solitario, la segunda fase se realiza con el apoyo de la pareja. Estos ejercicios no deben ser considerados anormales ni raros; son una simple terapia que ayudará a que la relación sexual sea más satisfactoria. La segunda parte de la terapia consiste en practicar el mismo ejercicio masturbatorio, pero que sea ella quien aprenda a presionar la zona correcta.

La tercer etapa se realiza durante el coito en la posición de ella sobre él. La masturbación se reemplaza por la penetración. Cuando él siente que va a eyacular, se lo dice a su pareja. Ella se levanta, agarra el pene, y ejerce presión entre el glande y el tallo.

Cuando pasa la sensación de eyaculación el hombre puede continuar con el coito por diez, quince o veinte minutos sin sentir la urgencia de eyacular.

Estos ejercicios no sólo enseñan al varón a controlar su eyaculación sino, lo más importante, no tienen contraindicaciones para su salud.

La eyaculación precoz esta siempre en función de la pareja. En algunos casos, si la mujer tiene orgasmos retardados o padece de anorgasmia, por más esfuerzos que el varón realice por prolongar el tiempo de eyaculación no conseguirá satisfacer a su compañera. Por eso se recomienda seguir estos tratamientos en pareja y guiados por un especialista.

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