Fabio Herrera: Mundo pierde ejemplo moral

Fabio Herrera: Mundo pierde ejemplo moral

POR MARIEN A. CAPITAN
Con la muerte del papa Juan Pablo II el mundo ha perdido a una persona de confianza y a un ejemplo de moral, según aseguró ayer Fabio Herrera Cabral, ex vice canciller en el año 1992 cuando el sumo pontífice visitó la República Dominicana por última vez.

Resaltando que el papa se caracterizaba por su modestia, Herrera Cabral dijo que él estaba convencido de que estaba cumpliendo una misión de Dios. Esa misión, estableció, la llevaba a cabo en nombre de su Jesús.

«Y no era que él pensaba que estaba predestinado, sino que entendía que lo hacía como un obrero. Cualquier impresión que él tuviera era inspirada por Jesús. No era un hombre orgulloso, ni desvanecido con la posición de tanta responsabilidad que tenía. Ahora bien, él sabía, cuáles eran los deberes, cuál era la responsabilidad que tenía ante el mundo y la desempeñó de una manera total».

Para Herrera Cabral no será fácil que aparezca alguien que pueda ocupar el lugar de Juan Pablo II. «Es muy difícil que el mundo recupere a una figura tan carismática como el Papa por mucho tiempo. Llenó todos los últimos diez o quince años del siglo pasado y parte de este. El mundo ha perdido a una especie de persona de confianza».

Dicho esto, Herrera Cabral estimó que en el papa se podía confiar por su sinceridad y su devoción. También por su manera de hacer su papel de papa. «Esa es una cosa que no es tan fácil como la gente cree porque no se limita a oraciones y a rezos, sino también a dar ejemplo de morar y dar dictados de moral».

Definiéndolo como a una gran figura, Herrera Cabral entiende que será difícil que se encuentre a otro como a él. Mucho menos, afirma, en estos momentos en que la humanidad está abocada a tantas calamidades tales como el terrorismo, narcotráfico y las ambiciones políticas y económicas de muchas naciones.

«La figura del papa era una figura refrescante ante todo eso. También era figura rectora. Quizás la estructura de la civilización actual no es más desordenada por la presencia pacificadora o apaciguadora del santo padre», dijo Herrera Cabral ponderando la figura de Juan Pablo II, a quien conoció de manera personal y con quien pudo conversar en varias ocasiones.

Entre ellas, Herrera Cabral recuerda especialmente la conversación que sostuvo durante un encuentro que sostuvo el papa Juan Pablo II durante un encuentro con un grupo de diplomáticos extranjeros acreditados en el país. Aquella reunión, apuntó Herrera Cabral, se llevó a cabo en la Nunciatura.

«Tuve la oportunidad de decirle el papel que desempeñaba en la historia de la civilización en esos momentos. En un momento dado le dije que era una figura histórica, que se podía comparar con las grandes figuras santas de la iglesia. Y él hasta se ruborizó con lo que yo dije, se puso rojo y hasta levantó la mano para atajarme».

En ese momento, cuenta Herrera Cabral, Juan Pablo II le aseguró que «aquellos eran otros hombres». Herrera Cabral, insistente, le contestó lo siguiente. «pero santo padre, eran movidos por la misma fe y usted los representa; usted ha cumplido su misión, ha dado la batalla y podrá ir tranquilo ante Dios. Eso dijo él ahora cuando murió, me parece, que la batalla la había dado».

Prueba de ello, indica Herrera Cabral, es que gracias a la actuación de Juan Pablo II muchas de las expresiones del comunismo o del ateísmo se fueron desvaneciendo. «El papa se desempeñó de una manera desinteresada en su trabajo para la humanidad como representante de Jesús en la tierra. El trabajaba para la humanidad y el mundo pierde a una figura que será muy difícil de recuperar a principios de este siglo», aseveró finalmente.

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