El gobierno norteamericano, las iglesias católica y protestante, los empresarios, la ciudadanía en general, en fin todo un universo de opiniones, que de diversas formas, en consejos y presiones, han tratado de que hacer desistir al presidente Mejía de su proyecto reeleccionista. Pero de nada han valido tantos esfuerzos para enfrentar a una tozudez, rayana en el suicidio político, quedando tan solo otras soluciones desagradables, sin tener que recurrir a la violencia cívica.

Y la violencia cívica ha estado ausente en este panorama incierto que los dominicanos padecemos frente a un grupo de ambiciosos políticos que consideran el erario público como de su propiedad y que pueden deshacer con los recursos billonarios que se recaudan mensualmente y que no se traducen en bienestar para la colectividad. Tan solo sirven para aupar proyectos políticos, que como hemos visto hasta los diputados chantajearon al gobierno para que les aumentaran su mesada y cumplir sus compromisos y atraer más adhesiones, para futuros proyectos partidistas, para aprobar el presupuesto del 2004.

De nada han valido los consejos para que el actual presidente del país renuncie a sus aspiraciones, aguijoneadas por su grupo del PPH, que trabaja en base a que sin él, el PRD, no puede continuar en el poder, debido a que los demás aspirantes, son débiles frente a la arrolladora candidatura del doctor Leonel Fernández, que se vislumbra como el próximo presidente de la República, si es que se celebran elecciones el 16 de mayo venidero, ya que una locura cívica no es descartada de las mentes ciegas de los pepehachistas y de los perredeistas más radicales, negados a verse desplazados del poder por la única arma democrática que posee el pueblo que es el voto.

De la misma manera que Estados Unidos, mediante las visitas de sus altos funcionarios Taylor y Noriega, trajeron de buena forma sus mensajes para fortalecer la oposición norteamericana a la reelección, de nefastas consecuencias para el país, de la misma manera, los embajadores europeos, se han estado reuniendo para los mismos fines. Es que todos quieren hacerle ver al presidente Mejía, no solo lo negativo de la reelección, sino de la fragilidad dominicana, frente a la dependencia de esas naciones, en cuanto al flujo de recursos, y que de repente se cierren las válvulas de ese fluir de recursos que harían colapsar al país. En lo inmediato, el acuerdo stand by con el FMI, está en una curiosa nebulosa, debido al temor por parte de ese organismo, que se le quiera engañar de nuevo como ocurrió en septiembre y más ahora que el gobierno, desesperado al ver como se le derrumba su proyecto continuista, esperan esos recursos frescos para apuntalarlo.

Otras son las condiciones a lo que ocurrió en 1960, cuando la comunidad hemisférica aisló al país después del atentado que Trujillo le hizo al presidente venezolano Rómulo Betancourt. Esa vez el país se vio aislado de la comunidad internacional. Pero ahora tal acción mundialista podría tomar otra forma, mucho más sutil, que afectaría a los dominicanos que dependen del turismo como su principal fuente de divisas, aun cuando estas no ayuden a controlar la prima ya que la mayoría se quedan afuera. Pero el golpe de efecto sería contundente, si tanto Estados Unidos, como Canadá y la Unión Europea convencen a sus ciudadanos de lo inconveniente de viajar a una nación inestable políticamente, con una clase dirigente destacándose por sus ambiciones y apetencias de poder económico sin traducirse en beneficios para sus gobernados. Acciones como esa, si llegaran a ocurrir, harían ver lo negativo de un continuismo que no tiene apoyo en un buen gobierno que se haya realizado. El actual solo ha acarreado demasiados males a los dominicanos, ampliando la pobreza e impactando sicológicamente en la población que exhibe un elevado índice de violencia por esa causa.

El continuismo está atrayendo males a la población, y el elevado índice de desconfianza en todas las actividades del país, obliga a que casi todos quieren convertir sus pesos en dólares. Esta es la causa por la cual hayan desaparecido los dólares del mercado, después de la nefasta acción del manu militari, que intentó hacer bajar la prima al 30 por 1. Y lo anterior es fruto de una mentalidad dictatorial, que se anida en muchos políticos del gobierno, de creer que por la fuerza es que se resuelven los problemas, y que deben guiar a la gente como si fuéramos enanos mentales, que no queremos entender los beneficios de una reelección. La tozudez coloca al país al borde de desatar acciones más contundentes, e incluso no se dudaría que figuraran en los planes continuistas como los de querer provocar una explosión cívica para anular las elecciones y poder continuar con el mal gobierno que está llevando a la nación hacia el colapso.