Es común tener algún vecino o familiar cercano que les diga palabras a sus hijos como “no sirves para nada”, “tienes que ser como tu primo”, “eres un fracasado”.
Ante esta situación es muy probable que ese niño que recibe estos términos ofensivos sea un fracasado en su vida de adulto.
El psicólogo Josué Cruz advierte que un fracaso es un suceso lastimoso, inopinado y funesto.
Que los hijos sean o no fracasados no dependerá únicamente de una buena posición económica, licenciaturas, masters, doctorados, sino que será necesario inculcar, durante todo el proceso de formación, una serie de valores, los cuales formarán las bases sólidas para su desarrollo personal, explica el psicólogo.
Cruz recuerda que aunque no existe una regla, un manual, de cómo ser padres, asimismo no existen unas reglas que apliquen para todos por igual. El proceso de crianza de cada familia lo asume o aplica según su experiencia, y básicamente según fueron criados esos padres. “Por tal razón podemos observar que repetimos patrones, sin observar las diferencias que proporcionan las épocas en que sucede cada situación” asegura Cruz.
Es decir, los padres fracasados es casi seguro que tendrán hijos fracasados, porque fue lo que aprendieron en su infancia, sostiene el especialista.
Advierte que de acuerdo a como los padres hagan ejercicio de sus deberes y derechos como padres, servirán de ejemplo a los hijos. “Criar representa un gran desafío y es una empresa que requerirá de esfuerzo, dedicación y preparación en estrategias para lograr formar hijos exitosos” explica el psicólogo.
¿Premiar o consentir? El psicólogo señala que muchos padres confunden estos dos términos durante la crianza. Recuerda que es posible también malcriar a los niños sobre-estimulándolos. “Claro que los niños deben ser expuestos a una variedad de actividades lo suficientemente amplias para mantener su atención y alentar su imaginación, pero los perjudicamos si nos sentimos obligados a ofrecerles una dieta constante de emociones y experiencias”, aclara.
Advierte que si a los hijos se les da rienda suelta, pueden convertirse en pequeños tiranos en casa o en la escuela, y conforme van creciendo, harán cualquier cosa para conseguir lo que quieren. Muy pronto ellos serán adolescentes demandantes e impulsivos, y lo que una vez fue un simple descontento es ahora una inmanejable rebelión, la cual los llevará al fracaso, aconseja.
“Ellos tienen que aprender que en la vida real hay cosas que simplemente no podemos hacer o tener”, indica Cruz.
Poner Límites. El especialista de la conducta explica que muchas evidencias demuestran que una educación sin límites es un camino más que probable a una vida de inadaptación, de problemas. Pero esta realidad sigue sin ser asimilada por muchos padres, que consienten a sus hijos sin que estos se ganen las cosas.
Dar todo lo que pida. Cruz sostiene que muchos padres caen en el grave error de darles a sus hijos todo lo que piden, porque piensan que si no lo hace, su hijo sufrirá.
Aconseja a no hacer caso de los que dicen que es bueno consentirlo, sino que aprenda a esperar, a esforzarse por conseguir algo y tolerar la frustración. Otros tienen el pensamiento que si someter a su pequeño a todo eso puede generarle consecuencias irreparables, creando una sensación en el niño de que el mundo le debe todo, y no podrán convivir con esta realidad, advierte Cruz.