Fabricantes cosméticos deberán informar de composición y efectos

Fabricantes cosméticos deberán informar de composición y efectos

BRUSELAS, EFE.- Los fabricantes de cosméticos deberán informar, a partir de ahora, a los consumidores europeos de la composición de sus productos y, si éstos lo solicitan, también de sus posibles efectos secundarios, en virtud de las nuevas directrices que hizo públicas por la Comisión Europea.

Los estados miembros serán los encargados de garantizar que las compañías cumplen estas exigencias.

Según el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Industria, Gunter Verheugen, el objetivo de esta medida es “hacer la vida más fácil a los consumidores y los fabricantes”.

En una nota de prensa, Verheugen consideró que la transparencia en la información sobre cosméticos facilitará a los compradores la elección del producto correcto entre la variada gama existente en el mercado.

Los fabricantes estarán obligados a indicar la composición cualitativa y cuantitativa de sus productos, pero también deberán responder a las preguntas de los usuarios sobre hipotéticos efectos secundarios, como reacciones alérgicas.

Respecto a la composición, será obligatorio dejar constancia de la utilización de sustancias consideradas peligrosas por la legislación comunitaria -aquellas que pueden ser explosivas, oxidantes, inflamables, tóxicas, dañinas, corrosivas o irritantes.

En cuanto a los efectos secundarios, los consumidores podrán escoger entre formular sus cuestiones por correo tradicional, teléfono o a través de la página web del fabricante.

Las compañías tendrán que facilitar la información requerida, subraya la Comisión, sin que afecte a la protección de sus secretos comerciales y de sus derechos de propiedad intelectual.

 Para facilitar el acceso del público a la información, la patronal europea de la cosmética (Colipa) ha creado un directorio, al que se puede acceder en Internet, con todas las compañías que venden cosméticos en la UE (www.european-cosmetics.info).

A la hora de responder a los consumidores, las compañías tendrán que indicar la frecuencia y naturaleza de todos los efectos secundarios que puede provocar el cosmético en cuestión y podrán medir su incidencia en relación a cada millón de unidades puesto en el mercado.

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