Fábulas artísticas: díalogo de los tocadiscos

Fábulas artísticas: díalogo de los tocadiscos

Un tocadiscos de pasta

reumático y achacoso,

rememora el tiempo hermoso

en que su vida fue grata

“el tiempo pasa y desgasta”

piensa nostálgicamente,

evocando tristemente

la gran época pasada

en que su aguja tocaba

discos incansablemente.

¡Qué pasado más brillante!,

en que el disco de acetato

giraba sobre mi plato

haciendo oír al instante,

la música palpitante

que enciende los corazones

con sus voces y canciones,

la que en las ondas hertzianas

alcanza tierras lejanas

con sus ritmos y sus sones

“Cuánta melodía brotó

al toque leve y flexible

de mi agujita sensible

que tantos surcos rozó,

con mi bracito veloz,

toqué discos dondequiera,

en fiestas, en velloneras

y en muy exclusivos bares

al igual que en lupanares

de borrachos y rameras.

Hoy casi me ahoga el llanto,

pues la actualidad nefasta

clausuró el disco de pasta

provocando mis quebrantos;

miro con creciente espanto

como el CD ha desplazado

a los discos de dos lados

y de tres revoluciones,

dejándonos en rincones

como trastos olvidados”.

Al oír este recuento

le dijo un CD compacto

“escucho desde hace rato

tus quejidos y lamentos;

¡Y oye viejo cuanto siento

tu triste melancolía!,

pero la tecnología

dejó tu sonido atrás

y hoy mi amigo no eres más

que pieza de arqueología.

Es el destino fatal

de los seres y las cosas,

vivir su etapa gloriosa,

y luego ver el final;

el sonido digital

es el dueño del futuro

y se abren a su conjuro,

las puertas del porvenir,

tienes que saber morir

aunque sé que es algo duro.

“Ya nada puedo elegir”

admitió el viejo aparato,

“pues el longplay de acetato

hoy da ganas de reír,

solo me queda sufrir

con resignación mi olvido,

pero me alegra haber sido

sana fuente de alegría

hasta aquel nefasto día

en que me has sustituido.

“Adiós viejo respetable”

susurró el joven compacto,

“yo reconozco tu impacto

de antecesor formidable;

es el tiempo inexorable

quien decidió tu partida

y le da la bienvenida

a mi Nóbel melodía…

y será el tiempo el que un día

dictará mi despedida”.

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