Fácil acceso a armas de fuego

Fácil acceso a armas de fuego

La posesión por civiles de pistolas y otros instrumentos letales se acaba de evidenciar como escasa de controles.

La regulación que debía impedir su llegada a manos impropias por razones morales y psíquicas, perdió rigor desde años antes, una escapada de límites que las autoridades presentes se comprometen a resolver.

Las armas de fuego que circulan sin licencias ni renovaciones hicieron prosperar una clandestinidad que se nutría además por robos y contrabandos.

Las estadísticas anuales de la criminalidad dan constancia de que la mayoría de las agresiones a tiros -muchas con efectos mortales- implican el uso de armas desautorizadas.

Una proliferación respaldada por complicidades descubiertas a lo interno del órgano expedidor de licencias, propiciando una diseminación al estilo del viejo Oeste.

Sin temor a consecuencias de tipo legal, la adquisición de armas de fuego por gente de naturaleza violenta, o de intención delictiva apoyada en la capacidad de matar, ha cobrado dimensiones en nuestro medio.

Además de endurecer los requisitos que deben cumplirse para portes y posesiones, previo examen de aptitudes y antecedentes, procede perseguir sin desmayo a los pasados violadores de regulaciones y a quienes las irrespetaron desde funciones públicas, principales auspiciadores de este auge.

Sus incumplimientos del deber han creado mayores riesgos para la colectividad con la violencia social apertrechada.

Productores bajo ataque

La ganadería genera riquezas que se suman al caudal de crecimiento de la economía nacional con gran aporte a la alimentación en carne y leche y múltiples derivados. Es de orden propiciar su modernización con respaldos institucionales y acceso preferencial a los consumidores.

Urge, además, salvarla de la cuatrería que arrasa hatos de la región del Este. Abigeos que descuartizan vacas y hasta caballos. Mucho se teme que estén taimadamente dirigiendo partes equinas al consumo humano.

Por tradición, la zona rural es más vulnerable a la delincuencia que la urbana y ahora cualquier ejemplar vacuno de buen vientre y raza superior vale un dineral, capitales de cuatro patas que por falta de vigilancia policial y de respeto a los bienes creados con ingentes esfuerzos se encuentran muy expuestos a las garras de malhechores.

Publicaciones Relacionadas