1 de 2 Se ha comentado recientemente sobre los inicios de la Facultad de Artes en la Universidad y el país. Como en estos omiten sus orígenes antiguos, así como incidencias y actores que motorizaron dicho proceso en su versión moderna, creo de interés hacer algunas puntualizaciones históricas al respecto. Como es sabido las universidades occidentales tuvieron su origen en las escuelas libres griegas, en las que maestros reconocidos les transmitían a sus discípulos todo el saber de la época, como “artes”, en esa etapa precientífica de la civilización. Estos estudios libres se esparcieron en el mundo greco-latino como ”Estudios Generales”, las que dieron lugar al vocablo “universitas”, es decir, el universo de los conocimientos en el mundo conocido. Las “artes liberales” clásicas, piedras angulares de las universidades occidentales, dieron lugar a las “Facultades” para el reconocimiento a sus egresados como docentes en otros lugares, con el apoyo de los gremios de los oficios que se desarrollaron en las ciudades europeas durante la baja edad media. Las artes liberales terminaron dividiéndose en dos grandes áreas: el “Trívium”; o “artes formales”: Gramática, Retórica y Dialéctica; y el “Quadrivium” o “artes reales”: Aritmética, Geometría (con Geografía), Astronomía y Música, esta última más bien dedicada al “cultivo de las musas” entre éstas la apreciación musical y las matemáticas. Más tarde, la Facultad de Artes se estableció con nivel inferior, con base en la filosofía escolástica, y las facultades superiores de Teología, Medicina y Derecho Civil y Canónico. En la Universidad de Santo Domingo, o de Santo Tomás de Aquino, surgió en 1538 desde el principio una Facultad de Artes, y también las otras tres. Después del cierre de la Universidad por la invasión haitiana de Toussaint L´Overtureen 1801,resurge en 1815 como entidad virtualmente laica la que fue clausurada por falta de profesores y estudiantes tras la dominación haitiana por Boyer, en 1823. Tras la independencia surgió el Instituto Profesional en 1866, pero en ambos casos solo para estudios profesionales, donde las “artes” no tenían cabida. Ya modernamente, en 1969, nosotros planteamos desde la Comisión para el Desarrollo y Reforma Universitaria (CDRU), a mi cargo en lo académico, la creación de nuevas carreras y departamentos en Artes, Ciencias Políticas, Enfermería, Matemáticas, Microbiología y Trabajo Social, entre otras, tal como figura en el Vol. III de las Memorias 1968-1969, publicada, tal como figura en el Archivo Central de la universidad y en el mío personal. Ese trabajo duró varios meses, y participaron a nuestra invitación el profesor Máximo Avilés Blonda, sobre todo para Teatro; Ada Balcácer en especial para Artes Industriales, Amable Sterling para Artes Plásticas y Margarita Luna de Espaillat, para Música, quien viajaba semanalmente desde Santiago para asistir a esas reuniones con nosotros; aunque no dudo que estos distinguidos artistas hayan consultado a su vez con otros colegas para hacer sus propuestas. El hecho es que el Consejo Técnico de Humanidades y luego el Consejo Universitario aprobaron las recomendaciones de establecer los niveles de Técnico, y de Profesorado así como una Licenciatura de Artes. Todavía en 1970 se aprobó una Licenciatura en Artes de tipo general (ver Vol. IV de dichas Memorias).