Falacias con la deuda pública

Falacias con la deuda pública

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
ranr14@hotmail.com
Los responsables de haber duplicado la deuda pública, sin ninguna realización económica o social que mostrar; los responsables de llevar al país al borde del default en el pago de la deuda externa, los creadores del déficit cuasi fiscal, por las políticas económicas irresponsables y el torpe e ilegal salvataje bancario, pretenden rehuir su responsabilidad histórica falsificando cifras y mintiendo en torno al comportamiento del endeudamiento en este gobierno.

En agosto del año 1996 la primera administración del Dr. Leonel Fernández recibió una deuda externa por un monto de US$3,807 millones y cuatro años después la redujo a US$3,679 millones, mientras la deuda interna apenas rozaba los US$462 millones. En relación al PIB la situación de la República Dominicana era privilegiada, la deuda externa representaba el 18.6% del PIB y la deuda pública total el 20.9% del PIB.

Cuatro años de endeudamiento irresponsable dispararon la deuda externa hasta US$6,812.5 y la interna a US$974.9 millones, elevando los índices a la peligrosa frontera del 40% y si se agrega a ello la deuda del Banco Central en ese momento (ascendente a RD$89,438 millones) la deuda total era equivalente al 53% del PIB. Las cifras no mienten, ciertos políticos y economistas sí. ¿Qué hicieron con esos recursos? Que muestren las obras de infraestructura, la mejoría social que justifique en el plazo tan breve de cuatro años duplicar la deuda pública y colocar el país en el borde de la insostenibilidad fiscal.

En esta segunda administración del PLD, retornó la disciplina fiscal y monetaria, el crecimiento con estabilidad y a septiembre del 2007 la deuda pública se ha reducido al 25.5% del PIB, la externa al 22.4% del PIB y si se agregan los certificados del BC entonces la relación aumenta al 42% del PIB. ¿Quién endeudó al país? Las cifras no mienten, ciertos políticos y economistas sí mienten.

En cuanto a la deuda del BC, la pasada administración fue responsable de la mayor emisión inorgánica en toda la historia del «Peso Oro Dominicano». Fueron necesarios 55 años, desde la creación de nuestra moneda en el 1947 hasta diciembre del 2002, para elevar la emisión monetaria a RD$38,470 millones; sin embargo en apenas un año esa administración duplicó la emisión hasta RD$77,558 millones, hemorragia monetaria que fue parcialmente neutralizada mediante la colocación al 16 de agosto del 2004 de RD$89,438 millones en certificados.

Este gobierno y muy especialmente la Administración Monetaria heredó RD$89,438 millones en certificados colocados en períodos de vencimiento promedios menores a 30 días con tasas de interés promedio en subasta de 58.5%, que generaba pagos de intereses mensuales cercanos a los tres mil millones de pesos, pagados con recursos inorgánicos, y esos intereses sumados al final de un año representan básicamente el déficit cuasi fiscal (que en el 2004 era equivalente al 4% del PIB).

Uno de los mayores éxitos de este gobierno y de la Administración Monetaria ha sido cambiar el perfil de estos instrumentos extendiendo los períodos de vencimiento, de forma tal que hoy el 93% del stock de certificados vencen a más de un año (los inversionistas adquieren instrumentos sin redención anticipada a 5 y 7 años) y el 71% presentan períodos de vencimiento mayores a dos años, mientras la tasa de interés promedio ponderada de las Letras del Banco Central no superan el 9%, y gracias a esa exitosa política el déficit cuasi fiscal ha disminuido progresivamente desde el 4% del PIB en el 2004 hasta 1.9% del PIB en el 2007 y se estima en 1.5% del PIB en el 2008.

El pago de los intereses de los certificados genera automáticamente una emisión monetaria «inorgánica» que presiona los precios; por ello, de no contar con recursos fiscales para el pago de los intereses (como sugieren los creadores del problema, aunque en su momento tampoco lo hicieron) lo cual es imposible presupuestariamente, entonces el único camino que resta a la Administración Monetaria, a ésta y a la que le suceda, si desea mantener una política monetaria cuyo objetivo sea mantener la estabilidad de los precios, es sencillamente neutralizar estos desembolsos mediante la colocación de nuevos instrumentos, reducir gradualmente el cuasi fiscal, como ha ocurrido en los últimos tres años, y gracias a la aplicación de la Ley de Capitalización del BC y los aportes fiscales crecientes, continuar la reducción del déficit y también del stock de certificados, proceso que permitirá en un período entre 10-15 años eliminar de raíz el problema.

Los campeones del endeudamiento público y los creadores de la deuda del BC han pretendido rehuir sus responsabilidades y hacer politiquería tratando de convencer a los votantes de todo lo contrario, pero han fracasado en sus propósitos, lo dicen todas las encuestas independientes, pues las mayorías están conscientes que el retorno del perredé, con los mismos asesores económicos, representa la vuelta a la inestabilidad, la hiperinflación, la fuga de capitales, el dislocamiento de la tasa de cambio, el aumento de los índices de pobreza y el retroceso económico, social y político.

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