Falacias que colean por falta de verdades

Falacias que colean por falta de verdades

La oposición ha repetido tantas veces la mentira con intención de dañar de que el gobierno se “robó” las elecciones pasadas y la defensa de los dolientes ante esa falacia ha sido tan tímida y equívoca, que oigo a ciertos comentaristas dar por descontado que en realidad fue así.

En estos días el tema resurge ante los reclamos, justificados por cierto, de que el gobierno transparente su ejecución del presupuesto cumpliendo con la obligación legal de publicar cómo usan los fondos del erario.

Una vez se publiquen esos datos, creo que se entenderá que las partidas mayores gastadas de manera distinta a como estaban comprometidas fueron las dedicadas a subsidios, entre ellos el eléctrico.

El mundo entero pasó en 2008 por la mayor subida de precios del petróleo y mientras aquí nos dábamos cuenta sólo al poner gasolina o diesel a nuestros vehículos, la tarifa eléctrica nunca subió. Con el barril de petróleo a casi US$150, los que pagamos la luz lo hacíamos como si estuviera a US$40. El verdadero “costo político” de ese disparate es el arranque o crujía que afecta a ciertos departamentos oficiales.

¡Botaron alrededor de tres millones de dólares diarios en ese despropósito! Si lo de “robarse” las elecciones se refiere al inmenso gasto en propaganda y publicidad, podría entenderse mejor, pues a quienes le “robaron” algo fue a los centenares de medios y productores a quienes todavía les adeudan centenares de millones de pesos, marrulla o tigueraje que ahora quieren solucionar poniendo a los empleados públicos a “cotizar” vía descuentos de nómina para nutrir las arcas del PLD.

“Robarse” unas elecciones es lo que ocurría o se pretendía hacer en otras épocas cuando los fraudes electorales podían variar los resultados, o cuando la guardia salía a aterrorizar a los votantes de la oposición o lo que padecieron Bosch en el 1990 y Peña Gómez en el 1994. Equiparar un triunfo electoral con 54% del voto, como ganó Leonel Fernández, con aquellas execrables prácticas es, cuando menos, una infamia.

Es misterioso el PRD insista en tratar de deslegitimar el triunfo del PLD, pues ellos han sido víctimas en otras ocasiones de auténticos “robos” electorales y también han propiciado rebuluses mayores –como tiroteos en sus convenciones, granadazos para robarse senadurías, balaceras en el Congreso al elegirse bufetes directivos.  Entre tantos misterios, cada día entiendo menos…

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