MANAGUA (AFP).- La crisis por el enfrentamiento entre el gobierno con el Congreso en Nicaragua, se encuentra sin perspectiva de pronta solución, tras fracasar un diálogo, la noche del martes, entre el presidente Enrique Bolaños y el líder de la oposición de izquierda Daniel Ortega.

   La cita entre Bolaños y el líder del opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) concluyó sin acuerdos y con visibles discrepancias sobre la agenda que se debe desarrollar en el dialogo convocado por el gobierno con las fuerzas del Congreso.

   El encuentro de casi tres horas entre Bolaños y Ortega, se efectuó en la casa hacienda del mandatario «El Raison», 21 kms al sur de la capital, con la mediación del arzobispo de Managua, cardenal Miguel Obando, quien califico la cita como «un buen principio» para limar asperezas.

   Ambos líderes «se escucharon, hablaron (..) me parece que es un buen principio» para sentar las bases de un posible diálogo, pero aun «hay puntos de vista, naturalmente distintos», señaló Obando, al concluir el encuentro.

   El diálogo intenta impedir que el parlamento, dominado por diputados del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) y del FSLN, ratifique en enero próximo la segunda vuelta de una reforma constitucional que permitirá a los diputados controlar y tomar decisiones sobre el Ejecutivo.

   Sería bueno que «nos sentemos (a dialogar) y que las contradicciones que tengamos, podamos arreglarlas como hombres de buena fe, trabajando únicamente por el interés de la población y no por intereses personales», dijo Bolaños.

   El mandatario hizo alusión a la influencia que Ortega y el líder del PLC, el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-02), quien fue condenado a 20 años por delitos de corrupción, ejercen sobre el Congreso y el aparato estatal para beneficiar sus intereses políticos.

   Ortega por su parte consideró que el diálogo debe abordar «la extrema pobreza que hay en Nicaragua porque «la situación social sigue siendo dura».

   Bolaños rechazó las criticas de Ortega a su gestión de gobierno y le recordó que la situación económica que vive el país es consecuencia de los estragos causados por régimen sandinista (1979-90) que él presidió.

   En medio de recriminaciones mutuas, ambos líderes dieron terminado su encuentro, sin fijar fecha para el diálogo, ni agenda sobre los posibles temas a discutir.

    El PLC y el FSLN proponen que las conversaciones inicien después del próximo 10 de enero, tras la apertura del año legislativo, que se presume será dirigido por un diputado sandinista, iniciativa que no ha sido contestada aún por Balaños.