Posponer por unos  días el levantamiento del Censo Nacional de Población y Familia parecería  algo de poca trascendencia, a menos que la decisión haya sido forzada por causas que hablan muy mal de nuestra puntualidad. Existe  la seguridad de que la Oficina Nacional de Estadística (ONE) hizo a tiempo todo lo que le correspondía hacer para que el empadronamiento comenzara en la fecha prevista. Nos asombraría que no haya sido de esa manera. Lo que indigna es saber que hubo fallas de último momento en la logística de apoyo al censo,  fallas que no pueden tener otra explicación que no sea el descuido y la falta de puntualidad.

Organizar un censo es tarea que exige bastante tiempo y esfuerzo. Necesariamente hay un conocimiento previo de las necesidades financieras que esto acarrea, para cubrir pago de personal, equipos y material gastable. No hay manera de justificar que en el último tramo, cuando todo está listo para que los empadronadores salgan a realizar su trabajo, haya que paralizarlo todo por falla en la logística.

Parecería que estamos haciendo una tormenta en un vaso de agua, pero nuestra impuntualidad nos ha acarreado muchos problemas, algunos muy costosos. Solamente causas de fuerza mayor  justificarían la posposición de una tarea tan importante y organizada con tanto tiempo, como es el censo.

Campaña aviesa contra el país

La epidemia de cólera que ya ha matado más de 1,500 personas en Haití está siendo aprovechada en el exterior contra la República Dominicana, un país que está libre de esta enfermedad y que está tomando las previsiones necesarias para evitar el contagio. La campaña parece orquestada por competidores regionales en materia de turismo, en un intento por poner a su favor el  flujo de visitantes que tiene por destinos los polos de nuestro país.

Las autoridades de turismo deberían desplegar una campaña de promoción para salirle al paso a estos planes aviesos. Las autoridades sanitarias han actuado con rapidez para prevenir contagio. Han sido transparentes y han informado cuando se ha comprobado casos aislados de cólera en el territorio nacional. La OPS y la OMS tienen constancia de que no hay epidemia de cólera en el lado dominicano y de que se hace lo correcto para evitar que la haya. Es necesario frenar  esta campaña de descrédito.