Por BARRY HATTON
LISBOA (AP) _ Alvaro Cunhal, que dirigió al Partido Comunista de Portugal por medio siglo y fue un héroe nacional cuando fue derrocada la dictadura en 1974, falleció el lunes, informó el partido. Tenía 91 años.

Cunhal, pasó casi 35 años en la clandestinidad o en prisión por su papel en la formación de los comunistas en una oposición organizada contra la dictadura de Antonio Salazar y de Marcelo Caetano, que terminó en una rebelión militar incruenta que fue conocida como la Revolución de los Claveles.

Cuando Cunhal regresó del exilio en Moscú después del golpe, las elecciones favorecieron a su partido y él llegó a ocupar cargos ministeriales en cuatro gobiernos provisionales encabezados por militares.

Al fortalecerse la izquierda después del golpe, Cunhal fue un fuerte candidato para primer ministro. El mantener una gran influencia en el partido y sin renunciar a los ideales le hizo merecedor del apodo de «último estalinista de occidente».

El líder deseaba que Portugal se apartara de la OTAN y se convirtiera en un aliado de Moscú. Las tensas luchas políticas entre los comunistas dirigidos por Cunhal, el moderado Partido Socialista y los grupos de centroderecha del norte del país llegaron a hacer temer una guerra civil.

Cunhal tenía una talla imponente y una imagen de gran carisma, aún en edad avanzada, canoso y de cejas negras e intensos ojos negros.

Con su retiro de la esfera política en 1993, para dar paso a su sucesor Carlos Carvalhas, se fue unos de los oradores públicos más apasionados de la política portuguesa.

El ex líder socialista Mario Soares, que eclipsó a Cunhal en la pugna para ser primer ministro después del golpe militar y fue presidente por dos períodos, calificó a su rival de se un «hombre extraordinario con una luminosa y penetrante imagen, que expresaba una gran fuerza interior».