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MADRID. AFP. El actor español Sancho Gracia, que tras aprender el oficio de la mano de Margarita Xirgú en Uruguay se hizo famoso por su papel del bandolero «Curro Jiménez» en la serie de televisión del mismo nombre, murió a los 75 años, informó hoy la sociedad general de autores española.
Sancho Gracia falleció «la pasada madrugada en Madrid a los 75 años como consecuencia de una larga enfermedad», afirmó la SGAE en un comunicado.
El actor padecía de un cáncer de pulmón. «Personaje televisivo por excelencia, saltó a la fama en los años 70 con su inolvidable interpretación de un bandolero andaluz en la mítica producción de TVE Curro Jiménez», subrayó.
Nacido en Madrid en 1936, Sancho Gracia había emigrado durante la posguerra civil española con su familia a Uruguay, donde creció y aprendió el oficio de actor con Margarita Xirgú en Montevideo.
«Ella tenía la permanente disciplina de inyectarte lo que era el cariño en el trabajo, me acuerdo de una frase que siempre soltaba, ‘Sancho ayuda, que te ayudarán'», había explicado Sancho Gracia en una de sus últimas entrevistas, publicada por el diario El País en julio de 2011.
«Yo con ella empecé, lógicamente, haciendo extras en una obra que se llamaba Sueño de una noche de verano, ¡casi nada!, luego fui creciendo como actor y me incorporó a Beckett, Bodas de sangre, de Lorca, y todo me hacía aprender mucho», recordaba.
El actor madrileño debutó en 1963 una prolífica carrera en la que compaginó cine, con más de 60 títulos, teatro y series de televisión españolas («Curro Jiménez», «Los desastres de la guerra», «Tango») e internacionales, como la australiana «Runaway Island».
«Grandísimo, inmenso, actorazo genial», decía del él este jueves en su cuenta Twitter el actor y director español Santiago Segura, que compartió cartelera con Sancho Gracia en «Balada triste de trompeta» y «Muertos de risa» de Álex de la Iglesia y «El oro de Moscú» de Jesús Bonilla.
Con su «fortaleza y alegría llenaba de carácter los platós y escenarios», subrayó Segura. «Fue una suerte conocerle», agregó sobre este intérprete que decía de sí mismo: «de no ser actor, me hubiera gustado ser actor».
El mexicano Carlos Carrera lo dirigió en «El crimen del padre Amaro», el argentino Adolfo Aristarain en «Martín (Hache)», el italiano Alessandro Blasetti en «Simón Bolívar», el cubano Manuel Herrera en «Bailando chachachá».
En 2003 fue finalista en los premios Goya del cine español, en la categoría de mejor actor, por su trabajo en «800 balas» de Alex de la Iglesia.Sus retos mortales fueron instalados hoy en un tanatorio de las afueras de Madrid.
