París, (EFE).- El escritor francés nacido en las Antillas Edouard Glissant, una de las voces más respetadas de la cultura caribeña y criolla, falleció hoy en París a la edad de 82 años.
El artista, padre de la teoría de la criollización y representante por excelencia de la cultura antillana y de Martinica, donde nació en 1928, se encontraba enfermo desde hace tiempo pero seguía trabajando, indicaron desde la editorial Galaade.
De igual forma que Aimé Césaire o Léopold Sédar Senghor hicieron de su voz un grito para reivindicar la negritud, Glissant se dedicó a defender y promocionar la cultura criolla, fusión de las influencias metropolitanas, negras y caribeñas.
Su militancia artística dio lugar a reflexiones que apuntaban que el Caribe es una realidad cultural abierta siempre a otras culturas y que reforzaban la idea de que un negro de Cuba, un blanco de Guadalupe y un indio de Haití participan de la misma identidad, según escribió el propio Glissent.
Ese espíritu le llevó a engendrar una obra artística a caballo entre lo poético y lo político, en las que las imágenes metafóricas y las leyendas conviven con las reflexiones teóricas.
Su trabajo abrió la senda para que otros escritores criollos desarrollasen su trabajo, como Patrick Chamoiseau, ganador del premio Goncourt en 1992.
Glissant, autor de ensayos como Solei de la conscience (1956) o Introduction à une poétique du divers (1995), de libros de poemas como Le Sel Noir (1960) o Pays rêvé, pays réel y de novelas como Malemort (1975) o Paradis brisé (2004), fue galardonado con el prestigioso premio Renaudot en 1958 por La Lézarde, su primera novela.
El ministro de Cultura, Fréderic Mitterrand, le definió como uno de los mayores representantes de la cultura criolla, antillana y, especialmente, martiniqués que vivió siempre como un hombre de apertura». EFE