Legendario. Con larga historia de lucha.
Falleció ayer en París, a los 96 años, el legendario dirigente político Máximo López Molina, uno de los fundadores del Movimiento Popular Dominicano en Cuba, durante la tiranía de Trujillo, que había venido combatiendo desde su adolescencia, por lo que fue encarcelado. Al recuperar la libertad se asiló en la Embajada de México desde donde viajó a La Habana.
Junto a otros exiliados antitrujillistas dirigió la oposición a Trujillo en Cuba, aunque bajo el lema de “Lucha interna o Trujillo siempre” por lo que se acogió a una aparente apertura del sátrapa hacia las organizaciones de oposición y regresó al país en 1960. Junto a Andrés Ramos Peguero y otros luchadores, instaló el local del MPD en la avenida José Trujillo Valdez (Duarte) número 12 haciendo públicas sus manifestaciones, pero al poco tiempo fueron desalojados y encarcelados y el local destruido.
Ajusticiado el dictador fue deportado por los remanentes del trujillato y tras varios intentos de entrada al país era devuelto, hasta 1963 cuando organizó un foco guerrillero en Cevicos, por el retorno del destituido gobierno de Juan Bosch.
Entonces fue desterrado por el Consejo de Estado al que combatió al igual que al gobierno de Joaquín Balaguer a su regreso en 1966 y que también lo desterró “por comunista”. López Molina, llevaba más de 30 años residiendo en París y había nacido en S.P. Macorís.