Funcionarios y empleados de la Dirección General de Aduanas (DGA) definieron ayer al fallecido director general de la institución, Miguel Cocco, como un buen amigo, humano, hombre íntegro, intransigente con los principios e insustituible.
En la sede principal de la DGA se laboró ayer con normalidad, pese al dolor que embarga a su personal.
Hablaron para externar su pesar Eduardo Rodríguez, subdirector técnico; Milvia Morel, asistente del subdirector operativo; Daniel Fermín, subdirector de Propiedad Intelectual; Mayra Soto, encargada de Trámite y Archivo; Lily Vizcaíno, encargada de Recepción; Domingo Serrano, coordinador técnico; Abinader Fortunato, director de Prensa, y Juan Antonio Mejía, asistente de la Dirección de Prensa.
Para Rodríguez la muerte de Cocco es como haber perdido a un ser muy cercano, como a un familiar, mientras que Milvia Morel, dijo que para ella este es un momento indescriptible que deja un gran vacío entre quienes le conocimos.
Daniel Fermín opinó que no sólo él, sus familiares y la institución, sino que todo el país siente su partida. Dijo que Cocco supo interpretar al Presidente de la República en las funciones que le tocó desempeñar.
Mayra Soto dijo que se siente muy mal porque cree que como él no aparecerá otro hombre; buen administrador, un buen hijo, buen padre y un buen esposo. Mientras para Lily Vizcaíno, la muerte de Cocco es muy fuerte para nosotros; nos duele hasta lo más profundo de nuestro ser; fue como un padre para nosotros.
Domingo Serrano lo definió como el transformador de la actividad aduanera en la República Dominicana.
Abinader Fortunato definió a Miguel Cocco como un gran capitán y uno de los mejores seres humanos, y su brazo más fuerte fue el brazo de la solidaridad; fue un hombre muy preocupado por la gente pobre.
Juan Antonio Mejía consideró que la muerte de Miguel Cocco no sólo deja un gran vacío en la DGA, sino en el país porque fue un hombre de una solidaridad extraordinaria y de un carácter firme.