POR JORGE RAMOS
La guitarra bohemia de Juan Lockward  se ha callado para siempre. El “mago de la media voz” falleció ayer en su residencia de la calle Albert Thomas de Santo Domingo a las 8:00 de la mañana. En junio iba a cumplir  91 años de edad. El cantante y compositor  venía padeciendo algunas enfermedades desde hace un tiempo y la semana pasada sus hijos tuvieron que desmentir comentarios de que el artista estaba abandonado y que no contaba con una pensión del Estado.

De los nueve hijos que procreó con la señora Servia Tulia Torres viuda Lockward le sobreviven siete, Juan Rafael, Servia Altagracia, Tulia Teresa, Ana Mercedes, Onaney del Carmen, Francisco y María Isabel Lockward Torres.  

Sus restos están siendo velados en la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y serán sepultados hoy a las 11:00 de la mañana en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.

HABLAN SUS AMIGOS

Para el compositor y cantante Enrique Féliz la partida de don Juan va a quedar grabada para siempre en la memoria del pueblo dominicano y de todos aquellos que conocieron y supieron apreciar su buena música.

El pianista Víctor Taveras, para quien Lockward fue como un profesor, destacó el gran sentido del humor que tenía uno de los mejores compositores que ha tenido la República Dominicana. “Que descanse en paz un amigo y un hermano”.

De su lado el maestro Rafael Solano, quien lo mencionó el martes al recibir El Soberano de los premios Casandra, nativo de Puerto Plata igual que el fenecido artista, precisó que se crió escuchando hablar de la gloria de Juan Lockward, desde antes de ser un compositor reconocido.

“Considero que hasta ahora, Juan es el más grande compositor de todos los tiempos por la riqueza armónica de sus letra, su gran fecundidad y su permanencia en el tiempo”.

Otro que lamentó la pérdida física del creador de “Guitarra bohemia” fue el autor y productor Benjamín Bujosa: “Perdimos a un gran poeta y trovador, cuyas canciones se convirtieron en clásicas, tanto en el mercado nacional como internacional. Ojalá y sus familiares conserven por ahí algunos temas inéditos que la Sociedad de Autores se encargue de darlos a conocer para otras generaciones”.

Para Cheo Zorrilla esas canciones románticas de Juan Lockward fueron como una escuela que de alguna forma marcaron la pauta a seguir para muchos de los artistas.

“De verdad es una pérdida irreparable para el arte dominicano”, concluyó el mentor de “Al nacer cada enero”.  

Por otra parte el también compositor Fernando Arias definió como un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de músicos el legado que deja este gran puertoplateño.

“Lo admiré por su entrega al arte en tiempos en que los artistas no ganaban dinero como ahora”, expresó el creador del éxito “No me conoces”, grabado por Marc Anthony.

Por último el empresario discográfico Francisco –Chino- Méndez resaltó la gran cantidad de grabaciones que dejó Juan Lockward, las cuales servirán para que la juventud de hoy conozca de su calidad musical e interpretativa.  

“EL MAGO DE LA MEDIA VOZ”

Juan Lockward nació en Puerto Plata el 24 de junio de 1915. A los 16 años había aprendido a tocar la guitarra. Su talento lo percibió Ramón Gallardo en la perla del Atlántico.

En 1934 emigra a Santiago de los Caballeros, donde se da a conocer  entre la bohemia de la Ciudad Corazón.

El calificativo de “mago de la media voz” se lo estampó en Puerto Rico, durante su primer viaje a esa isla, el locutor Rafael Quiñones Vidal, quien quedó gratamente impresionado de la voz del entonces joven trovador.

Juan Lockward contó al también fenecido Jesús Torres Tejeda, para el libro “Fichero Artístico Dominicano”, que en 1935, grabó algunos discos en pasta en los estudios de Radio HIN, que se identificaba como La Voz del Partido Dominicano, cuyo destino se desconocen. 

En los años 50 grabó a dúo con Teté Marcial la canción “Dulce amanecer”, de Diógenes Silva, para el sello de Luis Alberti, que también se prensó para la disquera RCA.

Sus canciones fueron interpretadas por otros artistas como Alcy Sánchez (“Dilema”), Luis Vásquez (“Guitarra bohemia”), Eladio Peguero (“Yayo el indio”), Guarionex Aquino (“La ciudad corazón), y los boleros inolvidables de Juan Lockward cantados por Rafael Martínez con el conjunto de Ramón Gallardo.

Pero todavía faltan intérpretes como Niní Cáffaro en los años 60 con su versión primaria de “Ayúdame a olvidar”, con la orquesta de Rafael Solano, Rafael Colón (la espiga de ébano) y Fausto Rey.

Amigo y compadre de Héctor J. Díaz, juntos escribieron canciones que hicieron historia en su tiempo y todavía se mantienen con frescura para el disfrute de hoy, como “María Montez”, “Quiéreme cual yo a ti”, “Ausencia”, “Si te hubiera visto ayer” y “Amor oculto”, entre otras.

Héctor J, Díaz, quien en los años 40 era auxiliar de la emisora oficial HIX y productor de programas de La Voz del Yuna, una vez lo describió así: “Porque canta y apasiona con su canto y porque llega a infiltrar en el alma del oyente, la pasión, el interés o la amargura que vibra en sus canciones y composiciones, es el más asequible a la comprensión y al sentimiento de los públicos más disímiles”.

En el gobierno del doctor  Salvador Jorge Blanco (1982-1986), por gestiones del publicista José Cabrera, a Lockward se le hizo un disco de larga duración con sus composiciones y excelente orquestación de Bienvenido Bustamante.